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Anecdotas Legionarias 7

De nuevo os pongo unas anécdotas de legionarios:

EL JAPONES LEGIONARIO:
Yamashita Musuhito: japonés de Tokio; ojos como centellas, músculos de acero, palabra dulce, ademán oriental, suave ceremonia. No muy alto de estatura. Cuando llegó a La Legión hablaba tan sólo en su lengua nativa. Pronto se hará notar Musuhito por su bravura. Cuando va al asalto grita. “Banzai” o “Tora, tora, tora”
Lo hirieron una, dos, tres, cinco veces: Musuhito, cuando sale del hospital, vuelve como un chacal a la pelea.
Pasando un día revista el Coronel Millán Astray ve al japonés y le pregunta:
Coronel: -Yamashita, ¿cuántas veces has sido herido?
Yamashita: -Cinco mi Coronel.
El Coronel volviéndose hacia el Capitán de la compañía que le sigue a la distancia reglamentaria para la revista, le dice:
Coronel: -Que asciendan a Yamashita a Cabo. Envíeme la propuesta de su ascenso.
Al día siguiente, el Capitán va a ver al Coronel y le dice:
Capitán: -Mi Coronel, vengo a poner en su conocimiento que Yamashita dice que agradece mucho su premio de ascenderle a Cabo, pero que él no tiene mérito y además que él vino a ser Legionario de 2ª y de ser Cabo no desea servir a nadie más que al Emperador del Japón, si es que su insignificancia llegase a merecerlo.
Coronel: -Respete la voluntad del valiente japonés, y ordene que se le dé un premio en dinero para que Yamashita beba más sake o más te, o lo que le apetezca beber.

Los antialcohólicos y el cuba-floïd.

Cuando esto sucedió el Tte. Acón era plantilla del 3º, y marchó a Bir Enzaran con nuestros bolingas. Tan fastidiado como el reinado de Witiza se le presentaba el porvenir al Teniente Acón. El Mando del Sector del Sahara había decidido concentrar a todos los bolingas (borrachos habituales) del Sector en Bir Enzaran (pozo profundo y cristalino del cristiano), con la finalidad de convertirlos a ser posible en personas sobrias y moderadas, como los del ejército de salvación.
Resultaba irónico que el encargado de una misión tan enojosa fuera precisamente el Teniente Acón, hombre reflexivo, introvertido, con ribetes de poeta, dado a la meditación transcendental y que despreciaba profundamente las juergas etílicas.
Con su cargamento humano, compuesto principalmente de legionarios y corrigendos, desembarcó de los camiones en el destacamento de Bir Enzaran, lugar desolado en el interior, donde sólo existía el pozo antes citado.
Para derivar por otros derroteros la vitalidad agresiva de su tropa, el Teniente decidió organizar partidos de fútbol en plan intensivo, pero hubo de desistir antes las lesiones, tumultos y peleas que se producían por un quítame allá esas pajas. En consecuencia, decidió aumentar las teóricas, o lo que es lo mismo: comerles el coco sus subordinados acerca de los peligros latentes en el alcohol, y observó complacido que le oían no sólo contentos, sino hasta absortos.
La respuesta a tanta solicitud la encontró por casualidad revisando los suministros de masaje para el afeitado, que resultaban ser anormalmente elevados.
Sus bolingas habían inventado el cuba-floïd, que según ellos no sólo proporcionaba una euforia muy agradable, sino que además, les olía el aliento a colonia y dejaba el cutis como a los artistas de cine. Cuando limitó las compras líquidas de coca-cola y masaje facial creyó haber acabado con el problema, hasta que al mes cayó en la cuenta de que el desaprensivo vendedor de tal bebida llevaba al destacamento dos tipos de ella una para él, al estilo tradicional, y otra con ginebra incorporada para sus subordinados, que la dosificaban para no llamar la atención.
Así no es de extrañar que los alcohólicos estuvieran cada vez más contentos y el Teniente progresivamente más deprimido. Cuando al fin fue relevado y el Coronel lo encontró en el bar, bebiendo cubatas como un camello bebe agua al llegar a un oasis, no pudo por menos de preguntarle:
Coronel: -¿Desde cuándo bebes, Acón?
Teniente: -Desde que estuve curando a los borrachos, mi Coronel. En vez de convencerlos yo a ellos, ellos me han convencido a mí.

Pascual Sánchez Soler 3º/82

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Este articulo lo escribi en su momento como si se tratara del articulo de un periodico con corresponsales ficticios y nombres falsos, el articulo esta basado en hechos reales.

 

AÑO 1780, REINADO DE CARLOS III.
*EL ALMIRANTE DON LUIS DE CORDOVA Y CORDOVA
CAPTURA UN CONVOY BRITANICO.


De nuestro corresponsal en Madrid, Armando Bronca Segura.
Fuentes fidedignas del Gabinete del Ministro Floridablanca en Madrid informan de la llegada de un correo urgente procedente del Reino Unido, enviado por miembros del espionaje español en dicha nación, en el mensaje se informa al Ministro que hacia el verano partirá un convoy desde el Reino Unido de al menos 50 mercantes armados acompañados de escolta con destino a las colonias Británicas de Norteamérica con tropas, vituallas, material militar de toda índole y pertrechos de todo tipo, con el fin de fortalecer la hegemonía Británica en la zona y acabar con la sublevación de estas 13 colonias.
Tras la recepción del mensaje el Ministro Floridablanca ha enviado un correo urgente al Almirante Don Luis de Córdova y Córdova, que esta destacado en el estrecho de Gibraltar, al mando de una flota de 27 navíos de línea, varias fragatas y 9 buques aliados franceses, informándole del mensaje recibido y ordenándole tome las disposiciones pertinentes para que dicho convoy no llegue a su destino y sea capturado, si se puede, o hundido en su defecto.

De nuestro corresponsal en la flota destacada en el estrecho, Juan Chanquete Sáez.
Tras la recepción del Almirante Don Luis de Córdova de un mensaje urgente procedente de Madrid, al parecer del Ministro Floridablanca, hemos dejado de patrullar en el estrecho y nos dirigimos hacia el Océano Atlántico, el almirante ha reunido a todos los capitanes y les ha informado de la situación, así mismo les ha dado las ordenes pertinentes para proceder con la actuación que se ha de llevar a cabo para cumplir las órdenes recibidas del Ministro desde Madrid.
Las disposiciones tomadas han sido, disponer inmediatamente a toda la flota en orden de combate y adentrarse en el Atlántico para intentar localizar al convoy enemigo, para ello se envían varias fragatas de exploración para batir una amplia zona del océano.

De nuestro corresponsal en la flota de D. Luis de Córdova, Juan Chanquete Sáez.
Como resultado del operativo dispuesto por el Almirante D. Luis de Córdova y tras varios días de patrullar el océano infructuosamente, hoy día 9 de agosto de 1780, una de las fragatas de exploración ha informado al buque insignia del Almirante de la presencia de un gran número de velas en el horizonte, que navegan a unas 60 millas al oeste del Cabo de San Vicente.
El Almirante D. Luis de Córdova, ordena inmediatamente el ataque, las rápidas fragatas son las primeras en lanzarse al ataque, seguidas por los potentes y poderosos navíos de línea.
La flota británica ha sido sorprendida en el peor momento, se han dado de bruces con aquello que querían evitar a toda costa.
El Comandante británico de la escolta, al percatarse de la situación se ha dado a la fuga con toda la escolta, 3 navíos de línea y varias fragatas, abandonando a su suerte el convoy de sus compatriotas.
Al observar que la escolta británica se da a la fuga, el Almirante da la orden de caza general a sus capitanes, y abrir fuego contra todo navío que no se avenga a la rendición. Comienza así una desordenada e implacable persecución, en la que los buques españoles van seleccionando y capturando presas según su propio criterio.
Tras varias escaramuzas en que fueron hundidos varios navíos británicos, que se negaron a rendirse y abrieron fuego contra los navíos españoles, poco a poco, empezaron a rendirse el resto de las naves, aunque iban potentemente armadas poco podían hacer frente a la poderosa escuadra de navíos españoles, la caza se prolongó hasta casi la madrugada.

De nuestro corresponsal en la flota de D. Luis de Córdova, Juan Chanquete Sáez.
Tras unas pocas horas de descanso en la camareta que me habían asignado, al salir a cubierta, hoy 10 de agosto de 1780, el espectáculo que se abría a mis ojos ha sido impresionante, hacia donde miraban mis ojos solo veía naves y más naves, todo eran naves, me he quedado mudo de asombro y no he sabido reaccionar, en cuanto he podido volver en mi de este espectáculo que se abría ante mis ojos he intentado contar las naves que habían a nuestro alrededor, he calculado unas 100 aproximadamente, rápidamente he acudido para ver si me podía informar el Capitán de la nave en la que voy, del total de las naves apresadas, me ha dicho que se han capturado unos 50 navíos británicos, pero que no está seguro, pues aún no ha recibido información del buque insignia.
He pedido ser trasladado en un chinchorro al buque insignia del Almirante, para poder recibir información de primera mano.
Ya a bordo del buque insignia, me han facilitado el número total de presas, han sido 52 navíos británicos los capturados.
El Almirante ha ordenado a sus capitanes agrupar la flota y las presas para conducirlas al puerto de Cádiz.
Por las señales que se reciben de los capitanes que inspeccionan la carga de los navíos capturados, el Almirante ha comenzado a percatarse de la magnitud, importancia y valor de la gesta realizada, y que de seguro repercutirá en un futuro inmediato.

De nuestro corresponsal en Cádiz, Jesus Santos Flores.
Ha llegado a Cádiz la flota de D. Luis de Córdova, como informo el barco correo que llego ayer y que informaba de la llegada de la flota con las capturas realizadas a los británicos. Desde primera hora de la mañana he estado apostado en las inmediaciones del puerto para presenciar la llegada de la flota al puerto, cuando ha comenzado a amanecer me he acercado para presenciar más de cerca la entrada en el puerto de los barcos y poder contarlos, pero solo ha entrado el buque insignia de la flota, el resto ha anclado en la bahía de Cádiz, es tal el número de barcos, que las instalaciones portuarias se han quedado pequeñas, en cuanto ha corrido la voz miles de gaditanos se han personado en las inmediaciones para contemplar el magnífico espectáculo de ver la bahía abarrotada de barcos.
Cuando al fin ha atracado el buque insignia de D. Luis de Córdova, este se ha dirigido a la Capitanía para entregar el informe al Rey de la acción realizada, los gaditanos al verlo han comenzado a vitorearlo y aclamarlo en masa.

De nuestro corresponsal en Cádiz, Jesus Santos Flores.
Informa la Capitanía de Cádiz que el número de barcos apresados es de 52, de ellos 36 son fragatas, 10 son bergantines y 6 son paquebotes. Algunos de los barcos capturados, los que sean más aptos para el combate, tras algunas remodelaciones pasaran a prestar servicio en la Real Armada, así el Helbrech de 30 cañones, pasara a ser el Santa Balbina de 34 cañones, el Royal George de 28 cañones, pasara a ser el Real Jorge de 30 cañones, el Monstraut de 28 cañones, pasara a ser el Santa Bibiana de 34 cañones, el Geofrey de 28 cañones, pasara a ser el Santa Paula de 34 cañones, y el Gaton de 28 cañones, pasara a ser el Colon de 30 cañones.
Así mismo informa de que se han capturado un total de 2.943 prisioneros, de ellos 1.357 oficiales y soldados pertenecientes a regimientos que pasaban a ultramar, 1.350 hombres de las tripulaciones y 286 pasajeros. Entre el material capturado hay uniformes y equipación para abastecer a 12 regimientos, gran cantidad de provisiones y efectos navales, el valor de los bienes materiales se ha calculado en 600.000 libras esterlinas, también se han capturado 80.000 mosquetes, 3.000 barriles de pólvora, la ingente suma de 1.000.000 libras esterlinas en lingotes y monedas de oro.
Estas pérdidas suponen un duro golpe para la Corona Británica.

De nuestro corresponsal en la embajada de Londres, Juan Mestre Duran.
Según ha informado el embajador español la magnitud de las perdidas en, según los británicos, ”Action of 9 August 1780”, ha supuesto el desplome de la bolsa de Londres y ha perjudicado seriamente las finanzas británicas, suponiendo la mayor pérdida logística y naval sufrida en su historia.

Pascual Sánchez Soler 3º/82

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Anecdotas Legionarias 6

Aquí os pongo dos anécdotas más:
Argot Legionario:
Un Teniente recién incorporado al Tercio Gran Capitán, en su primera semana, llamo a su presencia a un legionario apodado “calé”, para pedirle explicaciones de porque se había presentado en mal estado de revista a la parada de la guardia, a lo que el increpado le respondió:
Calé: - Vera usted mi Teniente, ayer me llamo el “cucales” de cuartel para que recogiera los “jarales” para entrar de guardia. En eso me llamo el “sarduno” de semana para que me dedicara a dejar “matizaos” los “tigres” y cuando estaba currando me llamo el “capirulo” porque le habían “chusquelao” la “guita”, así que comprenderá mi Teniente que no he tenido tiempo de prepararme.
Teniente: - Bueno, retírate.
Acto seguido el Teniente llama al Sargento de semana y le pregunta:
Teniente: - ¿De qué nacionalidad es el “calé”?
Sargento: - Huérfano mi Teniente, es huérfano.


LOS RAYONES
Corría el mes de febrero y en una Compañía de Fusiles de la Xª Bandera contaban desde hacía 10 días con un nuevo miembro entre sus filas; una cría de jabalí llamada "Rociito" quien en tan poco tiempo se había ganado el cariño de los Legionarios, muy especialmente del Cabo Mayor de la Compañía, quien a todos los efectos se había convertido a ojos de Rociito en su "progenitor" y a ojos de los Legionarios en su "protector".
"...Mil tragedias de diversos modos que el correr de la vida formo...", llevaron a Rociito a perder a todos los miembros de su familia en una cacería y a ser acogida a todos los efectos por su Compañía Legionaria, donde comenzó a encontrar el olvido a antiguas penas y tragedias. Los Legionarios la bautizaron con el nombre de la novia del primero de ellos que la alimento, dándole tomas de biberón cada dos horas y media.
Debido a la corta edad de Rociito el Cabo Mayor estableció un turno de guardería fuera de las horas de trabajo, en dicho turno entraban los Legías; unas veces a petición y otras a elección pero como ya se sabe, siempre "voluntariamente".
El último fin de semana de febrero un Legionario se presento voluntario para hacerse cargo de Rociito, la acomodo en su casa y disfruto de un día de visitas de compañeros, quienes llevaban a sus hijos para jugar con ella y presentarla en sociedad.¡ Sin duda Rociito era más feliz que un cochino en un charco.!
Pero pronto se terminaría la dicha... a la mañana siguiente Ronda amanecía nevada; una estampa digna de postal, hecho que impulso al citado Legionario a bajar con su novia a realizar unas fotos para el recuerdo. Es en ese el momento cuando Rociito aprovecho para explorar por la terraza del 4º piso y hacer un salto paracaidista al estilo Legión, es decir, ¡sin paracaídas!
Imaginad la cara del Legionario al percatarse de la suerte de Rociito y de la suerte que él correría cuando diese novedades al Cabo Mayor sobre el estado de su adorada mascota.
Lejos de plantearse poner cara de "lolo" y hacerse el "sueco" delante del Cabo Mayor, el citado Legionario agudizo el ingenio y haciendo uso del Espíritu de "Unión y Socorro" llamo a otros dos inseparables Legionarios miembros de la misma sección, quienes acudieron a su casa estando aun Rociito de cuerpo presente. Entre los tres buscaron y encontraron una solución acorde a la gravedad del problema, la cual resumiremos de la siguiente manera en:
1. Exhaustiva búsqueda de alguien que vendiese "rayones" del mismo tiempo que Rociito independientemente del lugar y precio.
2. A las 4 de la mañana decidir coger el coche y viajar Ronda‐Zaragoza (más de 900 km.)
3. Comprar no uno, sino dos rayones, no vaya a ser que la muerte aparezca.
4. Pagar una multa por exceso de velocidad sin decir esta boca es mía y rezando porque la Guardia Civil no les haga abrir el maletero y vea a los dos "rayones" que tenían menos papeles que una liebre.
5. Llegar a Ronda tras más de 1800km de coche, con el tiempo justo para descansar un poco y formar el lunes.
El lunes a primera al presentarse ante el cabo mayor:
Legionario: - "A LA ORDEN MI CABO MAYOR...SIN NOVEDAD CON EL JABALÍ!!!!" (En la posición de firmes más rigurosa que podía estar el legionario)
Legionario: - "ROCIITO HA MUERTO...pero aquí tiene dos rayones en sustitución a la perdida mi Cabo Mayor"
Cabo Mayor: - "NO JODAS!!! ¡COMO QUE HA MUERTO!!!"
Y mirando alternativamente al Legionario y a los dos rayones dijo:
Cabo Mayor: - "BUENO MAQUINA TE LO HAS CURRADO, no pasa nada, no teníais que haberos tomado tantas molestias..."

Finalmente los tres Legionarios lejos de ser reprendidos por el fallecimiento de la querida mascota recuperaron el importe de la multa y fueron felicitados en el despacho de su Capitán por su muestra de iniciativa, y de algo muy legionario como es "buscarse la vida" y salir airoso de las situaciones más inesperadas.

Pascual Sánchez Soler 3º/82

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Condecoraciones a la Legión.

Desde su fundación hasta la fecha actual la Legión se ha hecho acreedora de diferentes condecoraciones durante este periplo de casi 100 años de historia, en realidad 96 años el próximo día 20 de septiembre del presente 2016.
La mayoría de ellas se consiguieron en aquellos primeros y duros años tras su creación y posteriormente en la devastadora guerra civil que padeció este país y en las campañas del Sahara.
Las condecoraciones concedidas a la Legión son:

-7 Laureadas colectivas.
-23 Laureadas individuales.
-1 Cruz de Guerra Francesa con Palma de Oro.

-22 Medallas Militares colectivas.
-211 Medallas Militares individuales.

Aquí solo voy a detallar las Laureadas concedidas a la Legión, primero las colectivas y luego las individuales.

REAL Y MILITAR ORDEN DE SAN FERNANDO (LAUREADA). 
Es una condecoración a los más altos hechos bélicos individuales o colectivos, que por sus circunstancias de mérito militar condominantes justifican el ingreso de sus protagonistas en la Real y Militar Orden de San Fernando. 
Está considerada como la recompensa militar más exigente del mundo.

LAUREADAS COLECTIVAS:

CONCEDIDA A LA I ª BANDERA DE LA LEGIÓN POR B.O. DE 11 DE JUNIO DE 1938 Nº 597. ACCIÓN DE GUERRA: POR SUS DESTACADAS ACCIONES REALIZADAS DESDE EL 15 DE NOVIEMBRE DE 1936 AL 10 DE MAYO DE 1937 EN LA "DEFENSA DE LA CIUDAD UNIVERSITARIA ",(FRENTE DE MADRID).

CONCEDIDA A LA IV ª BANDERA DE LA LEGIÓN POR B.O. DE 11 DE JUNIO DE 1938 Nº 597. ACCIÓN DE GUERRA: POR SUS DESTACADAS ACCIONES REALIZADAS DESDE EL 15 DE NOVIEMBRE DE 1936 AL 10 DE MAYO DE 1937 EN LA DEFENSA DE LA CIUDAD UNIVERSITARIA, (FRENTE DE MADRID)

CONCEDIDA A LA VI ª BANDERA DE LA LEGIÓN POR B.O. DE 11 DE JUNIO DE 1938 Nº 597. ACCIÓN DE GUERRA: POR SUS DESTACADAS ACCIONES REALIZADAS DESDE EL 15 DE NOVIEMBRE DE 1936 AL 10 DE MAYO DE 1937 EN LA "DEFENSA DE LA CIUDAD UNIVERSITARIA ",(FRENTE DE MADRID)

CONCEDIDA A LA IX ª BANDERA DE LA LEGIÓN POR B.O. DE 11 DE JUNIO DE 1938 Nº 597. ACCIÓN DE GUERRA: POR SU DESTACADAS ACCIONES REALIZADAS DESDE EL 15 DE NOVIEMBRE DE 1936 AL 10 DE MAYO DE 1937 EN LA "DEFENSA DE LA CIUDAD UNIVERSITARIA", (FRENTE DE MADRID).

CONCEDIDA A LA VI ª BANDERA DE LA LEGIÓN POR B.O. DE 17 DE MARZO DE 1939 Nº 78. ACCIÓN DE GUERRA: POR SUS DESTACADAS ACTUACIONES LOS DÍAS 10 Y 11 DE MAYO DE 1937 EN LA DEFENSA DE LA POSICIÓN N º 7 (FRENTE DE TOLEDO).

CONCEDIDA A LA XV ª BANDERA DE LA LEGIÓN POR B.O. DE 19 DE MARZO DE 1939 Nº 76. ACCIÓN DE GUERRA: POR SUS DESTACADISIMAS ACCIONES DESDE EL 23 AL 30 DE MAYO DE 1938 EN LA RECONQUISTA Y DEFENSA DE "PEÑA AHOLO"(FRENTE DE ARAGÓN).

CONCEDIDA A LA 16 COMPAÑÍA DE LA IVª BANDERA DE LA LEGIÓN POR B.O. DEL MINISTERIO DEL EJERCITO DE 26 DE AGOSTO DE 1943 Nº 193. ACCIÓN DE GUERRA: POR SU DESTACADISIMA ACTUACIÓN LOS DÍAS 22 Y 23 DE MARZO DE 1937 EN LA OCUPACIÓN DE LA POSICIÓN "CASA DE LOS CATALANES", (FRENTE DEL EBRO).

 


LAUREADAS INDIVIDUALES

FERNANDO LIZCANO DE LA ROSA Concedida por O.C. de 29 de mayo de 1929 ( D.O. nº 118 ) Acción de guerra : Combates en Sidi- Mesaud ( Melilla ). 10 de mayo de 1924. Al mando accidental de la 14ª Compañía, consiguió con su ejemplo y valor conquistar unos atrincheramientos cuya posición hizo variar la faz del combate, demostrando, en las dos fases que tuvo el combate un completo desprecio a la vida, manteniéndose en la posición conquistada, pese al gran número de bajas, hasta la llegada de refuerzos que consolidaron la posición, la cual fue totalmente liberada.

FEDERICO DE LA CRUZ LACACI Concedida por O.C. de 11 de agosto de 1926 (D.O. nº 177) Acción de guerra: Protección del convoy a Tizzi Azza (5 de junio 1923). Formando parte de las fuerzas de protección de un convoy de abastecimiento a las posiciones de Tizzi Azza, Benítez y otras, el mismo en que encontró gloriosa muerte el Tcol. Valenzuela, el Tte. De la Cruz Lacaci, con solo una Sección de su Compañía y otro oficial, fue el primero que asaltó las posiciones enemigas, venciéndoles tras reñidísimo combate con gran número de bajas por ambas partes. Posteriormente se mantuvo en su posición y situación hasta ver regresar el convoy después de haber suministrado, no dando la orden de retirada, a pesar de lo crítico de su situación por el aumento de enemigos, hasta haber recogido los heridos, armamento y escasa munición, dando cara a los harqueños a pesar de haber quedado con solo tres legionarios ilesos.

SEBASTIÁN VILA OLARIA Concedida por O.C. de 1 de marzo 1927 ( D.O. nº 49 ) Acción de guerra : Convoy a Tifaruin. Ante la gran resistencia opuesta por un enemigo duro y tenaz escudado en las escabrosidades del terreno que atacaba constantemente, este Capitán desplegó su Compañía y se lanzó al asalto de las posiciones en recio ataque a la bayoneta. Herido en un muslo, se negó a ser evacuado hasta coronar las alturas y desalojar de ellas a los harqueños. Debido a la gran pérdida de sangre murió antes de llegar al puesto de socorro.

FELIX ANGOSTO Y GÓMEZ-CASTRILLÓN Concedida por O.C. de 1 de marzo de 1927 (D. O. nº 49 ) Acción de guerra : Combates en la cuenca del río Lau y asalto a Kudia Cobba. Ante la insistencia de los ataques enemigos al Yebel Kobba, fue destinado este oficial con dos secciones de ametralladoras y morteros, a reforzar la línea, tras ser rechazado dos veces y reorganizado nuevamente, el enemigo atacó con tal ímpetu que obligó al abandono de los puestos conquistados, visto lo cual, el Capitán Angosto se lanzó solo y decididamente hacia uno de los puestos en que el enemigo trataba de establecerse. Su valeroso ejemplo enardeció de tal manera a sus hombres que le siguieron con gran bravura, consiguiendo con esta enérgica reacción animar a las fuerzas propias que, tras reñido combate recuperaron los puestos, evitando con ello que el enemigo batiera el paso de toda la columna y que la operación de este día hubiera fracasado.

ANTONIO NAVARRO MIEGIMOLLE Concedida por O.C. de 19 de abril de 1938 (D.O. nº 87 ) Acción de guerra : Ocupación del monte Malmusi; 23 de septiembre 1925. En vanguardia de la columna recibe orden de atacar con su sección las estribaciones del monte Malmusi, desde las que el enemigo, fuertemente atrincherado había rechazado a las harcas y mehallas. Arengando a su gente se lanza al asalto al arma blanca, hace reaccionar a las tropas indígenas y con su refuerzo, energía y valor, en duro combate a pesar de estar herido, ocupa los objetivos señalados, después de una segunda carga a la bayoneta, recibiendo una nueva herida que le causa la muerte.

BARTOLOMÉ MUNAR MUNAR Concedida por O.C. de 18 de julio ( D.O. nº 157 ) Acción de guerra : Socorro y defensa de Kala bajo y su avanzadilla. ( 14 al 17 de septiembre de 1924 ) Primer legionario laureado. Con su actuación al frente de 16 legionarios evitó la perdida de la posición de Kala bajo, llevando primero agua a los asediados y permaneciendo en la defensa de sus avanzadillas, haciendo verdaderos derroches de valor, serenidad y bravura, acudiendo a los puestos de mayor peligro, rechazando constantemente al enemigo empeñado desesperadamente en apoderarse de la posición, retirando muertos y heridos, reforzando con muy pocos hombres los puntos más vulnerables, en lucha constante, día y noche, sin descanso, quedando con solo seis legionarios ilesos, completamente rodeado por los harqueños que se revelaban en los continuos ataques con tiro de fusil, bombas de mano y piedras que le causaron varias lesiones en la cabeza.

JOSÉ MARTÍNEZ ANGLADA Concedida por O.C. de 16 de noviembre 1928 Acción de guerra: Liberación de la posición de Kudia Tahar (Ceuta). Al frente de 20 legionarios se presentó voluntario para conquistar unas casas fuertemente atrincheradas y defendidas por numerosos enemigos, cuya posesión era imprescindible para liberar la posición de principal: Kudia Tahar. En el asalto tuvo que enfrentarse con cuatro harqueños a los cuales venció en lucha cuerpo a cuerpo, pistola en mano, matando a los cuatro, conseguidas las casas, continuó el avance, sobre el poblado apoderándose de él y haciendo huir al enemigo, gracias a lo cual al día siguiente fue liberada Kudia Tahar sin apenas resistencia.

PABLO ARREDONDO ACUÑA Concedida por O.C. de 11 de enero de 1929 ( D.O. nº 8 ) Acción de guerra : Despliege desde Xeruta a Zoco el Arbaa de Beni Hassan. Al replegarse la columna del general Serrano, que murió en esta acción, correspondió a la primera Bandera de la Legión proteger el movimiento en el escalón, bajo un fuerte temporal de agua y viento, atacó al enemigo con gran dureza causando gran número de bajas. Al ser atacada la primera Compañía, última del dispositivo, el Capitán Arredondo tomó el mando y, a pesar de haber sido herido dos veces, consiguió detener al enemigo y batirlo más tarde, alentando a su gente con notable ejemplo de espíritu y valor hasta encontrar honrosa muerte en el campo de batalla.

MANUEL LÓPEZ HIDALGO Concedida por O.C. de 23 de enero de 1929 ( D.O. nº 18 ) Acción de guerra : Repliegue de Xeruta ( 18 de noviembre de 1924 ) Al mando de su sección guarnece el blokao Loma Blanca, puesto de gran importancia para el paso de la columna. Fuertemente atacado, impide el paso de los harqueños con gran energía y entusiasmo; reducido a la mitad de sus efectivos, efectúa un pequeño repliegue y con diez hombres de refuerzo, en rápida reacción y al arma blanca recuperó el puesto. Recibida la orden de evacuar, se retira ordenadamente a otro puesto resultando gravemente herido, continuando en duro combate hasta que, desangrado por una nueva herida, muere al frente de sus hombres, alentándolos a proseguir la lucha.

ANICETO CARVAJAL SOBRINO Concedida por O.C. de 2 marzo 1929 ( D.O. nº 48 ) Acción de guerra : Protección del convoy a Sidi-Mesaud ( 10 de mayo de 1924 ) Ante la imposibilidad de progresar por la tenaz resistencia opuesta por los harqueños que ocupaban ventajosísimas posiciones en laderas y barrancadas, se dio la orden de asalto; el Tte. Carvajal Sobrino, poniéndose a la cabeza de su Sección se lanzó sobre los primeros puestos y, en lucha cuerpo a cuerpo, logró posesionarse del terreno, pero siendo su posición muy difícil por la intensidad del fuego, pistola en mano y al frente de los pocos legionarios que le quedaban, cayó sobre la segunda trinchera, siendo el primero en entrar en ella, desalojando al enemigo y consiguiendo con su brillante actuación el que sus hombres, un reducido número, actuara con ciega obediencia, serenidad, valor y audacia, contribuyendo en gran manera a que el convoy entrara en Sidi-Mesaud.

JOSÉ ESPINOSA DE ORIVE Concedida por O.C. de 19 de julio de 1929 ( D.O. nº 158 ) Acción de guerra : Combates para la ocupación del monte Malmusi (Alhucemas) el 23 de septiembre 1925. Mandando la vanguardia de la 24ª Compañía, VI Bandera, se lanza al asalto de las posiciones del enemigo que, parapetado en trincheras, cuevas y barrancos oponía tenaz resistencia. Tras varias horas de combate, con su ejemplo y valor hace reaccionar a sus hombres que vacilaban ante el eficaz fuego, asaltando la primera trinchera, recibiendo nueva herida. Sin decaer su animoso espíritu de acometividad, en su tercer asalto corona otro atrincheramiento, recibiendo su tercera y gravísima herida, muriendo en el campo de batalla, arengando a sus hombres.

FRANCISCO GARCIA ESCÁMEZ Concedida por O.C. de 21 de marzo de 1930 ( D.O. nº 66 ) Acción de guerra : Liberación de la posición de Kudia Tahar (Marruecos) Tras duro combate para liberar la posición, ante la tenaz resistencia opuesta por los harqueños, que impedían el avance y la retirada de bajas, con un grupo de 25 voluntarios, se lanzaron al asalto llegando al cuerpo a cuerpo, consiguiendo arrastrar con su ejemplo al resto de las fuerzas, que coronó brillantemente la operación infligiendo al enemigo duro castigo, haciéndole abandonar la posición y cien cadáveres, así como todo su armamento.

FERMÍN GALÁN RODRÍGUEZ Concedida por O.C. de 8 de septiembre de 1934 ( D.O. nº 208 ) Acción de guerra : Combate en Xeruta. El Teniente Galán, siguiendo el mismo camino que la tropa que le precedía, al llegar al poblado de Xeruta, la compañía de extrema retaguardia, tuvo que resistir el ataque violento del numeroso enemigo que se encontraba oculto. El Teniente Galán, muy lejos de huir o soslayar el riesgo que suponía el atravesar dicho poblado donde inopinadamente apareció el enemigo lo afrontó e intentó superarle, despreciando así el riesgo de su propia vida, distinguiéndose constantemente por su valor, entusiasmo y gran conocimiento de esta clase de guerra, dando pruebas de gran valor y espíritu militar en la lucha en la cabila, en que llega al cuerpo a cuerpo, resultando gravemente herido.

RAFAEL MONTERO BOSH Concedida por O.C. de 9 de marzo de 1939 ( D.O. nº 68 ) Acción de guerra : Reconquista y defensa de Peña Aholo (frente de Aragón). Tras la conquista del "mogote", posición dominante de Peña Aholo, atendió y organizó la defensa de la posición con un derroche de valor, serenidad y pericia tal que hicieron inútiles los cuarenta y un ataques que el enemigo realizó en aquellos días, luchándose cuerpo a cuerpo y de noche. El espíritu elevadísimo de la tropa y la firmeza del mando impidieron todos los denodados esfuerzos por apoderarse de aquel reducto. Estos hechos tienen tanto más valor si se considera que el citado jefe, del cuerpo de inválidos, padecía de parálisis en la pierna y brazo derecho.

FRANCISCO DE MIGUEL CLEMENTE Concedida por O.C. de 11 de marzo de 1939 ( D.O. nº 73 ) Acción de guerra : Ocupación de Badajoz. Uno de los reductos más importantes a conquistar para la total ocupación de la capital extremeña, fue el cuartel de La Bomba. El Teniente De Miguel, al frente de su compañía, en audaz y vigoroso asalto a la bayoneta, después de salvar los 200 metros, muy batidos, que le separaban del cuartel, consiguió apoderarse del mismo, siendo el primero en poner pie en las murallas que lo defendían, haciendo gran número de prisioneros con todo su armamento, municiones y utensilios, facilitando en gran manera la entrada en la capital a las restantes fuerzas nacionales.

RENATO ZANARDO Concedida por O.C. de 14 de marzo de 1939 ( D.O. nº 78 ) Acción de guerra : Actuación en el sector de Olite (frente de Aragón) No obstante haber perdido la mano derecha por una explosión, dando pruebas de gran valor, siguió dirigiendo su carro de combate, avanzando para auxiliar a otro carro lanzallamas que se hallaba comprometido, averiado el motor y rodeado de enemigos. Resuelta la situación, con gran serenidad y pese al fuerte dolor que le producía la herida, llevó el carro a zona segura. Ésta y otras actuaciones semejantes pusieron de relieve su gran valor y espíritu militar.

JUAN JOSÉ OROZCO MASSIEU Concedida por O.C. de 5 de septiembre de 1940 (D.O. nº 205) Acción de guerra: Defensa de la posición nº 7 de la cabeza de puente de Toledo. Al mando de su sección integrada por treinta y cinco a cuarenta legionarios, el día 11 de mayo de 1937, hizo frente a un enemigo que, muy superior en número, apoyado por varios carros de combate, realizó hasta once ataques consecutivos, rechazándolo en lucha cuerpo a cuerpo y poniendo en fuga a los carros con bombas de mano y tiros por las mirillas. Con diecinueve muertos y varios heridos, casi sin mandos subalternos, prosiguió la denodada defensa, negándose a ser evacuado pese a estar gravemente herido, hasta dejar la posición totalmente consolidada y reforzada.

GIUSSEPPE BORGUESSE DE BORBÓN Y PARMA Concedida por O.C. de 12 de septiembre de 1942 ( D.O. nº 207 ) Acción de guerra : Combate en la batalla del Ebro. Al mando de 11ª Cia., se lanzó al asalto de fortificaciones enemigas marchando a la cabeza de sus legionarios teniendo que pasar por debajo de las alambradas bajo intenso fuego. En lucha cuerpo a cuerpo, aun estando herido en una pierna, dio muerte a los sirvientes de un fusil ametrallador. Haciendo fuego con la máquina protegió el avance de otras unidades, combatiendo con el mayor ardor hasta que, herido gravemente en el pecho por metralla enemiga, encontró la muerte.

ENRIQUE SERRA ALGARRA Concedida por O.C. de 24 de marzo de 1944 ( D.O. nº73 ) Acción de guerra : Conquista del macizo de "Cerro Gordo" (frente Teruel) Al recibir orden de atacar la posición "Cerro Gordo" sólidamente fortificada y bien defendida por un gran número de armas automáticas, reunió a su gente, la arengó y se lanzó con toda decisión a la cabeza de su compañía, impulsándola con su ejemplo. Ante la intensidad del fuego y por ser herido el jefe de la bandera, tomó el mando de la misma y, no obstante haber sufrido más del 50 por 100 de las bajas, conquistó la posición volviendo contra el enemigo sus propias armas. Herido de gravedad, se niega a ser evacuado hasta dejar la posición totalmente consolidada.

ELISEO GODOY BELTRÁN Concedida por O.C. de 7 de agosto de 1941 ( D.O. nº 177 ) Acción de guerra : Ocupación ermita de Santa Bárbara (Frente de Teruel). Conquista de las posiciones enemigas avanzando por terreno batidísimo por la artillería enemiga y sin el apoyo de fuerzas propias. Con su Compañía llegó a las trincheras contrarias, donde el enemigo era muy superior en número. Con el fin de salvar otros carros, saltó del suyo, y empezó a arrojar granadas de mano a las líneas contrarias, permitiendo la ocupación de las trincheras. Seguidamente hubo necesidad de tomar una posición enemiga situada al flanco izquierdo, que hostilizaba constantemente con sus fuegos. Al mando de cuatro carros y de una sección de Regulares, avanzó hacia ella. Tres carros fueron inutilizados por lo que salió de su carro bajo un intenso fuego enemigo para comprobar las causas de las averías, momento en que fue herido, continuando sin embargo en su puesto hasta recibir una segunda herida mortal, a consecuencia de la cual falleció.

LUIS RIPOLL LÓPEZ Concedida por O.C. de 23 de febrero de 1945 ( D.O. nº 48 ) Acción de guerra : Acción en la iglesia de Almendralejo (marcha sobre Madrid). Agregado a la 1ª Bandera con la que cruzó el estrecho, al alcanzar Almendralejo y como quiera que el enemigo se había hecho fuerte en la torre de la iglesia, pidió permiso y, acompañado de un solo legionario atravesaron la plaza muy batida por el fuego. A pesar de estar herido, consiguió llegar al pie de la torre y soportando los efectos de las granadas y petardos, colocó una carga de trilita, a cuya explosión, se rindieron los defensores de la torre. Posteriormente en otras acciones, recibió nuevas heridas, la última de las cuales le produjo la muerte.

FRANCISCO FADRIQUE CASTROMONTE Concedida por O.C. de 13 de febrero de 1962 ( D.O. nº 35 ) Acción de guerra : Combate de Edchera (Sahara). Mandando la 3ª Sección de su Compañía, 1ª de la XIII Bandera legionaria, dio pruebas de gran valor y espíritu de sacrificio. Atacado de frente y por ambos flancos cuando iniciaba el avance por la Saguia el Hanbra, por un enemigo que triplicaba el número de sus efectivos, consiguió prosperar hasta llegar a reducir la distancia, infligiéndole duro castigo. Reforzado el enemigo se entabló dura lucha cuerpo a cuerpo. Ante el gran número de bajas propias pasó a la defensiva recibiendo dos heridas graves, iniciando la retirada de bajas y supervivientes. Solo con un legionario, aguantó y contuvo a los atacantes el tiempo suficiente para que la operación se realizara, muriendo él y el legionario en este empeño.

JUAN MADERAL OLEAGA Concedida por O.C. de 5 de enero de 1966 ( D.O. nº 5 ) Acción de guerra : Combate de Edchera (Sahara) Encuadrado en la 3ª Sección de su compañía como proveedor de fusil ametrallador, contribuyó valerosa y eficazmente en la progresión de su sección por la Saguia el Hambra. Posteriormente luchó denodadamente en lucha cuerpo a cuerpo con un enemigo duro y tenaz. Ordenado por el jefe de la sección pasar a la defensiva, quedó con éste para detener al enemigo mientras se efectuaba la retirada de bajas y supervivientes, sufriendo varios y fuertes ataques en los que recibió algunas heridas, sucumbiendo finalmente junto a su jefe dando el más alto ejemplo de valor y espíritu de sacrificio.

Más de 10.000 muertos y más de 40.000 heridos y mutilados ha sido la generosa contribución a España de La Legión en todas las campañas y misiones en las que ha tomado parte, lo que le ha valido el respeto y la admiración del pueblo español.


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Anecdotas Legionarias 5

Un par de anécdotas más para los que les pueda interesar:

 

En La Legión no se andan con tonterías:

A finales de los años 70, en Fuerteventura, cuartel de la Legión.

El oficial que está de guardia tiene conocimiento que en este día llegara procedente de la península un oficial que viene destinado al Tercio III de Fuerteventura.

El oficial de guardia más veterano y deseoso de ayudar a su compañero, tenía previstas aquellas necesidades que le puedan surgir en los primeros días de su estancia en el cuartel.

Llega el Land Rover de mando del cual baja un oficial bisoño, sin apenas barba, el clima soleado de las islas contrastaba con el del joven teniente.
En su mano izquierda llevaba enfundado el sable de oficial.
Saludo al oficial de guardia, estuvieron hablando largo rato, le indico a la compañía donde iba destinado, se presentó, a los jefes que estaban en su despacho en ese momento y posteriormente se dirigió hacia el almacén para adquirir el uniforme verde de La Legión, gorrillo, divisa, etc.

Hecho esto se dirigió hacia la residencia de oficiales y allí se cambió de uniforme, nuevo flamante, botas brillantes, sin un roce, la divisa no la pudo coser, faltaba hilo y aguja.

Paso por el cuerpo de guardia donde fue saludado por los legionarios a ser reconocido como el oficial que había llegado nuevo.

Al llegar a la compañía que iba destinado se encontró con el cuartelero de puertas que lo paró en seco, no le permitió la entrada, y el cabo de cuartel hubo de salir antes que el cuartelero "impidiera el paso al visitante".
el cabo viendo al joven con poca barba, que además quería ver al capitán por "asuntos personales" no se lo pensó y le arreo un guantazo que el mencionado se quedó mirando en sentido contrario al que venía.

En tanto el sargento de cuartel escuchando la escaramuza sale de su cuarto y ve lo que sucede, algo sabia de la llegada del oficial, ordena al cabo que le traiga al supuesto recluta que quería ver al capitán.

El sargento tras escuchar lo ocurrido lo hizo pasar rápidamente al despacho del capitán, claro el oficial con toda la cara enrojecida.

Los datos son totalmente ciertos, no se mencionan los nombres ni la unidad, el teniente pidió para su unidad aquel cabo que le había enseñado que en La Legión no se andan con tonterías.

 

Una columna de tanques marroquíes:

A finales del año 1983 en la 3ª Bandera (Tigres de Buharrat), había un puesto de vigilancia de la frontera, trabajo que realizaban los gastacas, este estaba situado muy cerca del mesón tanto del antiguo de madera como del nuevo que se inauguraría más tarde.
Entre los gastacas de la 3ª Bandera había un grupo de alemanes, en el puesto para contemplar la frontera tenían unos visores nocturnos de primera generación (unos armatostes enormes y pesadísimos de luz infrarroja).
Una mañana cuando el refuerzo empezaba a devolver la munición uno de los alemanes descubrió una columna de tanques marroquíes acercándose a la frontera, naturalmente dio aviso y se tocó " generala", en menos de diez minutos toda la Bandera salía por el arco a paso ligero y eso que todavía no habían llegado los oficiales (el oficial de cuartel naturalmente daba las órdenes), ni la mayoría de los suboficiales, así que los cabos 1º mandaban las compañías 11 , 12, 13, y la 14 (plana) pero como todo el mundo sabía su cometido a toda leche para el Hito 4 (posiciones de defensivas asignadas en la frontera), se incorporaban los pernoctas, los oficiales y suboficiales, los furrieles municionaban apenas con la munición de los salientes de guardia eso si con la bayoneta calada sin que nadie diera una orden al respecto ya todo el mundo tenía claro cómo se mantendrían las posiciones asignadas a LA LEGIÓN .
De pronto a espaldas de los legionarios pasan los carros M48 del Regimiento de Caballería Alcántara, la cosa es seria y........ entre los legionarios había gente que no vestía el uniforme de LA LEGIÓN ni ningún otro uniforme, eran los licenciados que habían entregado sus equipos el día anterior eso si todos armados, la espera se prolonga hasta que el Teniente Coronel se sube a una loma... Todos pensaban a este lo fríen, pero no, no sucede nada, de repente el Teniente Coronel hace llamar al gastaca que descubrió los tanques marroquíes y empieza a apalearlo delante de todos.
Ya que con la cogorza que tenía había confundido un rebaño de cabras con una columna de tanques marroquíes.

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El Certificado de Redención en Metálico, sustituía el Servicio Militar a cambio del pago de una cantidad en metálico, de ahí su nombre, la cantidad a pagar era de 1.500 pesetas, o lo que era lo mismo 6.000 reales. Con ello se conseguía que solo fueran al frente los hijos de las familias más desfavorecidas, pero a la vez se recaudaban fondos para la guerra.

 

(Certificado de Redención en Metálico emitido por la Comisión Provincial de Barcelona)

 

También existían los llamados Seguros de Quintas, con los que, pagando una cantidad más baja, más o menos un tercio, unas 500 pesetas, una compañía te aseguraba, para en caso de tener que ir a África, aportar el total del importe.

Por ello en el año 1.912, a causa de la firme y constante presión ciudadana el Gobierno se ve obligado a promulgar la Ley de Reclutamiento y Reemplazo, que establece el Servicio Militar Obligatorio.

Se pretende poner fin así al injusto procedimiento de la Redención del Servicio Militar por dinero, la justicia de esta medida nunca llego a aplicarse con rigor, puesto que los reclutas, previo pago, podían ver reducido el servicio de los tres años a tan solo cinco meses, y previas influencias, cumplirlo en cómodos servicios dentro de la península.

 

Pascual Sánchez Soler 3º/82

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Anecdotas Legionarias 4

El Teniente Ballarin:

Una columna de unos 1.500 soldados marroquíes pertenecientes a las FAR (Reales Fuerzas Armadas) estuvo casi a punto de entrar en combate contra la Legión por una chulería de los moros y que solo se resolvió por la diplomacia y la firmeza del Ejército Español, demostrando con ello la virilidad y firmeza propias de aquellos tiempos.
El Gobernador Militar del Sahara y Jefe del Sector, el general Héctor Vázquez estaba enterado de la operación mora, los marroquíes iban a entrar en territorio español en una columna de unos 100 camiones y unos 1.500 hombres del ejército regular, perfectamente uniformados y armados con armamento portátil para tomar posesión del Cabo Juby, Tarfalla para ellos, y aquello no se les iba a permitir de ningún modo.
Un grupo de combate de caballería y la II Bandera del Tercio iban a cogerles en una tenaza mortal una vez hubieran penetrado unos 8 Kms en territorio español.
El mando ordena que un grupo de combate integrado por la 7ª Compañía de la II Bandera, una sección de ametralladoras y otra de jeeps de la caballería lleguen a la zona asignada en la línea fronteriza de Sequen sobre la pista de Tan Tan, en el borde del Sahara Español, todo ello al mando del capitán Carlos García Escribano, con órdenes tajantes de situarse unos 8 Kms. al sur de la frontera y dejar pasar a los militares marroquíes para detenerles en el punto y utilizar el fuego con todos los medios disponibles a su alcance.
Para ello es destacado en un jeep de exploradores el teniente de la Legión Álvaro Ballarin García con un conductor, un operador de radio y un guía nativo saharaui, un tal Ali, de los Grupos Nómadas de Policía.
Ballarín se situó a unos cuatro kilómetros al norte del resto del grupo de combate en medio de la pista y al más puro estilo de las películas de suspense esperó la llegada de la columna "enemiga".
Sobre las primeras horas de la tarde aparece la vanguardia de la columna Ufkir. Varios jeeps al mando de un teniente de las FAR rodean al vehículo español, que marca el límite de la frontera. Tras dialogar ambos oficiales, los moros se sitúan a unos 500 metros del jeep español y esperan a que llegue el grueso de su columna.
Al poco aparece el propio jefe, el comandante Ufkir acompañado este por algunos miembros de su estado mayor y por un capitán médico marroquí, que hablaba español perfectamente y que hace de traductor.

Comandante Ufkir: - ¿Qué hace aquí?
Teniente Ballarin: -Sencillamente, señalar la frontera del territorio español.

Se entabla un diálogo entre ambos militares que parece que no va a llevar ninguna parte. El Comandante Ufkir le explica que debe dirigirse a Cabo Juby donde al día siguiente debe rendir honores al jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas Reales Marroquíes, el Príncipe Muley Hassan, y que precisa atravesar territorio español. Ballarin le responde que no puede pasar y que él solo cumple órdenes.

Comandante Ufkir: -Si se opone a mi paso, suya será la responsabilidad, ya que ambos gobiernos han llegado a un acuerdo para utilizar esta parte de pista en territorio español.
Teniente Ballarín: - Acepto la responsabilidad. Por aquí usted no pasa.

Ufkir abandona el lugar y vuelve al grueso de la columna para volver al poco y comunicar a Ballarin que no le importa que las tropas españolas escolten su columna hasta Villa Bens, pero que él va a pasar por allí.

Teniente Ballarín: - Eso es una violación de la frontera. Por aquí no pasa.
Comandante Ufkir: - Bien, esperamos a que caiga la noche y atravieso por la pista para así no ver el dispositivo de defensa español.
Teniente Ballarin: - No. Esas no son mis órdenes. Por aquí no pasa ni de día ni de noche.
Comandante Ufkir: -Esta bien, Hable usted por radio con su Alteza personalmente.
Teniente Ballarín: - No tengo órdenes para hacer eso. Ni hablo, ni pasa usted.

La tensión está subiendo de tono y Ufkir se retira para hablar personalmente con Hassan, que ya estaba en Agadir esperando se le comunicara la entrada en Tarfalla para hacerla él con toda pompa y solemnidad. Nueva conversación en el lugar donde, imperturbable, el teniente Ballarín y su comando aguardan pacientemente ya bajo el frío de la noche del desierto.

Comandante Ufkir: - Mire, teniente, según mis cálculos esto no es el paralelo 27º 40’, lugar de la frontera española, así que no está usted en el lugar adecuado.

El Teniente Ballarín ante la vista de unos dibujos a mano alzada se niega a aceptar aquello. La conversación va cambiando, ante la partida de frontón, a otros derroteros y el comandante moro acaba por invitar a cenar al teniente legionario, que acepta cortésmente para ganar tiempo.

Pero de repente aparece un jeep marroquí con cuatro militares a bordo a toda velocidad y con los faros encendidos se lanza por la pista rebasando al vehículo español. El Teniente Ballarin se pone a increpar al Comandante Ufkir y le conmina a que detenga el jeep u ordenará abrir fuego a la fuerza que tiene apostada unos metros más atrás. El Comandante Ufkir da una orden y varios soldados marroquíes hacen sonar sus silbatos a todo meter. El jeep intruso da la vuelta y un sargento detiene el vehículo ante ellos diciendo que iba a repostar al camión cisterna y que en la oscuridad de la noche ha equivocado la dirección. Ha sido un farol del Comandante Ufkir para averiguar las verdaderas intenciones y la firmeza de la Legión española.
Pero ha estado a punto de provocar una refriega con muertos entre dos ejércitos de dos naciones soberanas. Está amaneciendo y a la posición del Teniente Ballarín llega otra vez el Comandante Ufkir.

Comandante Ufkir: - Lo he pensado bien y he decidido pasar. O por las buenas o por las malas pasaré con mi columna.
Teniente Ballarín: - De lo que ocurra, y ocurrirá, la responsabilidad será suya y solo suya.
Comandante Ufkir: - Si hay muertos, se quedarán aquí. El que estén dentro de territorio español es algo que no me importa.

Y se fue dando la media vuelta. Se está mascando la tragedia. Al cabo de media hora y ya amaneciendo varios camiones salen de la columna marroquí y se detienen ante el jeep de Ballarin. Van llenos de civiles saharauis vestidos con ropas de civil y le comunican que la columna militar va a pasar con ellos delante. Llega otra vez Ufkir. Aquello es el cuento de nunca acabar.

Teniente Ballarin: - No me parece ni correcto ni militar que un ejército regular, para cumplir su misión, ponga como carnada en vanguardia a un grupo de paisanos. Y, además, ya me tiene usted harto.

El Teniente Ballarín saca la cartografía militar española y le muestra al comandante moro la situación en la que se encuentran. Paralelo 27º 40’. Se cuadra ante el Comandante Ufkir.

Teniente Ballarin: - Mi comandante, espero que no quede duda alguna del punto donde nos encontramos, ni ignorancia que pretextar en el caso de continuar el avance de la columna. Y vista su actitud me retiro sobre mis fuerzas. Toda la responsabilidad recaerá sobre usted porque pararemos su avance con nuestros carros de combate. Eso sí, en territorio español.

El Teniente Ballarín establece comunicación por radio desde el jeep con el jefe del grupo de combate, Capitán García Escribano, que está a unos 90 Kms. de allí en Sequen. El grupo del Capitán Escribano inicia la marcha hacia la columna mora con la intención de abrir fuego con toda su potencia. Como última salida, un avión español T-6 arroja sobre la posición del Teniente Ballarín una cápsula con un mensaje para entregársela al comandante de la columna enemiga:

“Si avanzáis al sur del paralelo 27º 40’ os destrozamos con la aviación"

Así de clarito y tajante. Al atardecer de ese día, 11 de abril de 1958, la columna marroquí se retiró hacia Tan Tan abandonando material logístico sobre la arena del desierto español.
El grupo de combate español se componía de nueve escuadras de fusiles ametralladores, una sección de ametralladoras ligeras y el resto, legionarios armados con fusiles. Unos 100 hombres.
La columna marroquí eran unos 1.500 hombres, incluso con varias piezas de artillería.
Pero no contaban con la decisión del Ejército español, mandado en aquellos parajes por el general Héctor Vázquez y la valentía del Teniente de la Legión Álvaro Ballarin Garcia, dispuesto a enfrentarse si hubiera sido necesario a fuerzas superiores


Pascual Sánchez Soler

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Leche de Pantera

La Leche de Pantera es la bebida legionaria por excelencia, y se remonta a fechas fundacionales, sobre sus orígenes circulan varias versiones.
Según la primera versión, dos oficiales arrestados en la sala de banderas agonizaban por falta de alcohol y sus asistentes trataron de aplacar su sed suministrándoles ginebra mezclada con leche para que no se percatara el oficial de guardia del contenido de las bebidas que les llevaban a sus oficiales.
En una de las ocasiones el oficial de guardia se empeñó en probarla, por más que los asistentes le aseguraron que era leche. Sorprendido por el fuerte sabor, les pregunto si de verdad creían que iba a tragarse que aquello era leche, a lo que le respondieron: “Si. ¡Leche de Pantera!”.
La segunda versión dice, que estando el Teniente Coronel Millán Astray en un conocido cafetín madrileño, solicito al barman que “realizara un combinado dulce y fácil de hacer para que sus Legionarios lo pudieran saborear en momentos festivos”.
El barman le presento uno de exquisito sabor, pero demasiado complicado de hacer por los ingredientes que se necesitaban para su elaboración, entonces el Teniente Coronel le pidió algo más sencillo, que no tuviera más de dos o tres ingredientes, y el barman lo sorprendió de nuevo con la que iba a convertirse a convertirse en bebida legionaria por excelencia.
La tercera versión, es la que parece ser la más real, dice que, a los Legionarios ingresados en la enfermería, se les suministraba leche condensada por su mayor aporte energético para una mejor recuperación.
Los más picaros de los enfermos, se hacían con alcohol del botiquín, y lo mezclaban con la leche condensada para tomárselo.
Rápidamente se corrió la voz, y el resto de Legionarios no ingresados en la enfermería empezaron a preparase esta bebida, sustituyendo el alcohol por ginebra, y rebajándolo con agua o hielo.
Esta bebida se popularizo en la Legión y es el colofón de todas las celebraciones, y con la que se realiza el tradicional Brindis Legionario:
Solo: ¡Estamos todos!
Todos: ¡Estamos!
Solo: ¡Cual Legionarios…!
Todos: ¡Cumplimos!
Solo: ¡A las mujeres…!
Todos: ¡Amamos!
Solo: ¡Pero ante todo…!
Todos: ¡Bebamos!
Tras beber.
Todos: ¡Ah, cuanto ha que no bebíamos! …¡Agua!

RECETA COKTEL
1 Medida de Ginebra.
2 Medidas de Leche.
2 Cucharadas de Azúcar.
Mucho hielo.

RECETA LEGIONARIA (He conservado la ortografía original)
1 Bote pequeño de leche condensada.
½ Vaso de Ginebra.
½ Vaso de Güisqui.
½ Vaso de Ron.
1 Poco de café solo.
1 Chupito de Menta. (Por eso de la camisa Legionaria)
1 Poco de Canela.
Mucho hielo.
Puede rebajarse con más leche condensada.
Y si eres un machote, echale un poquito de pólvora.

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Anecdotas Legionarias 3

Aquí os incluyo algunas anécdotas más.

Dominus Vobiscum:


El Zoco-el-Arbáa ha sido testigo de muchas acciones legionarias, unas heroicas, otras ingeniosas y otras sin duda graciosas.
La más graciosa sin duda debe ser la manera muy singular de ayudar a misa por un legionario.
Era día festivo, y las Compañías pasaban la revista que precedía a toda formación.
De pronto apareció un Cabo que pregunto:
-¿Hay alguien que sepa ayudar a misa?
Como un rayo cruzo el Cabo frente a la Compañía sin que ninguno de los legionarios se decidiera a realizar una misión tan sencilla. E indudablemente debió de ocurrir lo mismo en las otras compañías de la Bandera pues al poco rato regreso el mismo Cabo reiterando desesperadamente la petición de voluntarios para ayudar a misa.
Al final un legionario dio un paso al frente animado por sus compañeros. De su nuevo cometido no tenía ni idea, sus compañeros más cercanos le dijeron:
-Haz lo mismo que veas hacer al Capellán.
Al sonar el toque de llamada, formo la Bandera sobre la misma carretera con esa exactitud, brillantez y prestancia que solo se encuentran en la Legión.
En el altar, junto al Capellán, apareció el legionario más firmes que un palo, al que sus compañeros habían animado a que se presentara voluntario.
Y así iban las cosas hasta que el Capellán bendijo por primera vez a las tropas asistentes al acto y dijo:
-Dominus Boviscum.
Momento en que el legionario, cansado sin duda del modesto papel desempeñado hasta entonces, y con el brazo en acción de bendecir a los fieles, exclamo muy serio y con voz estentórea y potente:
-Dominus Vobiscum.
Ni la rígida disciplina legionaria, ni la seriedad del acto, fueron suficientes para contener la más homérica carcajada que resonó jamás en Zoco-el Arbáa. Nadie pudo reprimirla, ni los mismos oficiales, siendo al final uno de estos quien termino de ayudar en la misa.

 

¿En La Legión no saben contar?


El Primer Tercio de La Legión se encontraba de captación en el Centro de Instrucción de Reclutas de Camposoto en S. Fernando.
Un soldado firmó el compromiso y al día siguiente llorando se quería borrar. El Capitán le borró, pero en los últimos días insistió en volverse a apuntar.
El Capitán no le dejaba ya que el cupo estaba cerrado y las listas enviadas al Coronel del Centro de Instrucción de Reclutas.
El soldado seguía insistiendo, entonces el Teniente, con la autorización del Capitán, le dijo:
-Salimos de viaje a las 5 de la mañana. Si tienes pelotas te metes en el camión de la impedimenta sin que nadie te vea y ya aparecerás en Melilla.

Al llegar a Melilla ya nadie se acordaba de aquello, pero al contar había uno más y que era el polizón.
Se dieron novedades al Coronel del Tercio de lo sucedido felicitando éste a los Oficiales.
No obstante el Coronel del CIR llamó al Coronel del Tercio para decirle:
-¿En La Legión, no saben contar? Se han llevado un soldado de más.
A lo que el Coronel del Tercio, le contesto:

 

-Querido amigo y compañero 149 más 1 son 150 y 1 que me llevo 151.
Y así es como este legionario que primero lloro para que lo borraran, consiguió al final quedar alistado en la Legión.


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EL PORRISTA O TAMBOR MAYOR

 En los Tercios de infantería del siglo XVI ya se documenta la existencia de un soldado que encabeza la formación provisto de una porra con la que realiza complicados ejercicios.
No está claro a quien atribuir su creación, hay quien se la atribuye al Duque de Alba, y otros a Alejandro Farnesio.
Otros ejércitos copiaron esta peculiaridad de los Tercios Españoles, como Inglaterra, Irlanda o Escocia, que aún lo conservan en algunos de sus regimientos.
Aquí en España desapareció de nuestros regimientos en tiempos de Carlos III.
En su época de utilización, una de las funciones que tenía el Porrista o Tambor Mayor era la de dejar la porra clavada en el suelo en el lugar en que debían ser vigilados los arrestados o sancionados que debían permanecer junto a la porra, de ahí viene la expresión “mandar a la porra” o “vete a la porra”.
Millán Astray en su afán de recuperar el espíritu de los temibles Tercios Españoles, decidió devolverlo a la vida para La Legión, así en los grandes desfiles, el Porrista ocupa un espacio entre la escuadra de Gastadores y la banda de Guerra de la Legión.
El Porrista, avanzando a los estipulados ciento ochenta pasos por minuto que marcan la banda que le sigue, fija su vista en el cielo y deleita al público y autoridades con sus arriesgados malabarismos, no pudiendo evitar que en más de una ocasión la porra caiga delante de la tribuna de autoridades en tan solemne ocasión.

Pascual Sánchez Soler 3º/82

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ANECDOTAS LEGIONARIAS 2

Como comenté en la primera parte sigo contando historias y anécdotas de la Legión.

Confraternizar:
Supongo que por los hechos es de época del protectorado, el caso es que el Capitán de la compañía de la Legión ya había explicado en repetidas ocasiones a los jefes de sección y estos a su vez a la tropa, que si se encontraban con los franceses durante las patrullas había que quedar bien con ellos y comportarse con educación y hospitalidad.
Por lo tanto, no es de extrañar que, al tercer día de patrulla de reconocimiento de esta compañía, se encontrasen a una unidad francesa colonial mandada por un teniente, que procedía de Fort Trinquet.
Cuando las cortesías militares dejaron paso al cambio de impresiones, los oficiales españoles pudieron contemplar a los franceses impecablemente uniformados y pasar a la envidia al ver los excelentes vehículos, armamento y material del que hacían gala los franceses.
Después de media hora de charla con el teniente francés y a la hora de las despedidas se organizó un gran revuelo en el bando francés. El conductor del teniente y algunos soldados tenían una cogorza impresionante y en vez de sus sombreros coloniales llevaban las gorras de la Legión.
El capitán de la compañía de la Legión hizo que se presentase ante el un legionario al que apodaban el “Majara”, vamos la joya de la compañía, al que le hecho una bronca monumental.
El Majara, aguanto la bronca, firmes como un palo y tocando con los dedos el ala del sombrero colonial que se había agenciado y que le daba un cierto aire de Lawrence de Arabia recién alistado.
Tras la bronca se dio la orden de marcha y cada legionario se dirigió a su vehículo para embarcar, mientras se oía la voz aguardentosa del Majara mascullando:
-No te jode con los guiris estos, se beben nuestro moyate, se fuman nuestros petardos, se colocan y yo me llevo el rapapolvo, eso me pasa por alternar con húngaros como quería el capitán.


Donación de sangre:
La Legión siempre se ha integrado en y con las poblaciones a las que ha sido enviada, en este caso es en Ronda, el Tercio 4º de la Legión invita a los ciudadanos de Ronda a actos militares y la Legión participa en actos cívicos o religiosos como la Semana Santa que en dicha población reviste especial solemnidad, así mismo la Legión siempre ha estado dispuesta en acudir en auxilio de los ciudadanos colectiva o individualmente, una delas formas más habituales de apoyo de los legionarios a la población es la donación de sangre, pero en este caso fue a la inversa.
Por el año 1982, ingreso un legionario en la Clinica Sagrada Familia con herida por arma de fuego siendo necesaria una dilatada transfusión de sangre para hacer frente a la extrema gravedad de su estado y la pertinente intervención quirúrgica.
Hecha la oportuna convocatoria por el Capitán Capellán, que se encontraba en la Clinica con el herido, a través del Capitán de Servicio, acudieron desde el Cuartel de la Concepción en cumplimiento del “Espíritu de Compañerismo” en ininterrumpida prestación, hasta completar el volumen de sangre requerida, veintidós Caballeros Legionarios, dándose el caso que, de forma espontánea, se incorpora al grupo de donantes voluntarios la Señorita Inmaculada Guerrero Pan (pongo el nombre porque se lo merece), vecina de Ronda.
Preguntada por el Capitán Capellán sobre la motivación que la llevaba a efectuar tal donación, contesto:
-“Ya que la Legión nos da su sangre cuando la necesitamos, yo también quiero dar mi sangre por la Legión”.


Pascual Sánchez Soler 3º/82

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ANECDOTAS LEGIONARIAS 1

En los casi 100 años de vida de la Legión se han dado cientos de historias y anécdotas, unas son recientes otras más antiguas, no sé cuántas de ellas son verídicas o hasta qué punto han sido exageradas, pero lo cierto es que están ahí y mi intención es hacer una pequeña recopilación y contarlas para poder conocer mejor a estos hombres y mujeres que han servido en este cuerpo a España y en el que cerca de 10.000 han dejado su vida para más gloria de la Legión y de España.

El Humorista:
Contaba que un legionario que agonizaba en un hospital militar, y que se había comportado con valentía durante su enfermedad, cuando sintió que ya se moría, convocó al médico, a la monja que lo atendía y a los enfermeros.
Una vez allí reunidos les desvelo su secreto, era un indiano rico que venía de la Habana y fue detallándoles el dinero y las formidables propiedades que dejaba a los trabajadores del hospital y la Cruz Roja ya que no contaba con ningún familiar que pudiera heredar.
Esa misma noche murió, ¡era un humorista! No tenía absolutamente nada más que su sentido del humor, ni la cercanía de la muerte puede evitar las ganas de bromear de un legionario.

Broma a los Paracaidistas:
En junio de 2012 la BRIPAC (Brigada de Infantería Ligera Paracaidista) relevo en Afganistán al Tercio Don Juan de Austria 3º de la Legión.
Tras realizar el relevo, los efectivos de la BRIPAC comenzaron a realizar sus misiones de patrulla por las localidades de Badghis, la provincia de responsabilidad española.
La sorpresa de los integrantes de la BRIPAC fue enorme cuando a su paso por las aldeas afganas de Jura, Kundi, Muqur o Taraki entre muchas otras, los niños salían a recibirlos con pancartas.
Lo más sorprendente eran los mensajes que figuraban escritos en aquellos trozos de cartón con los que eran recibidos alegremente por los niños, “Paraca Maricón”.
Era un recadito de bienvenida de sus amigos legionarios, gestada seguramente durante los últimos días de su estancia en Afganistán.
Los legionarios en su afán de enseñar a los niños afganos como pedir las cosas con educación, les enseñaron la manera más eficaz de conseguir algunos de los regalos (bolígrafos, llaveros, libretas, mecheros, chocolate…) de los militares de la BRIPAC.

Pascual Sánchez Soler 3º/82

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AGUSTINA DE ARAGON

Ya nadie defiende a nuestra nación como se la defendía en el pasado, antes por menos de nada, por cualquier ofensa al honor de la persona o a la nación, se tiraba de hierro y se lavaba la afrenta con sangre, y si era la del que ofendía, mejor, por lo tanto, no está de más volver la vista al pasado y conocer a esos hombres y mujeres que parece ser fueron más nobles y valientes que nosotros.
Por educación las mujeres primero.

Su nombre era Agustina Raimunda María Saragossa i Domenech, nació en Barcelona el 4 de Marzo de 1876, era hija de Francesc Ramón Saragossa i Labastida y de Raimunda Domenech i Gasull unos simples campesinos de Fulleda (Lérida) que habían llegado hasta Barcelona en busca de una vida mejor de la que llevaban en su tierra natal.
A la edad de 17 años, Agustina contrajo nupcias con Joan Roca i Vilaseca, cabo segundo de artillería que temporalmente estaba destinado en Barcelona. Allí pasaron cinco felices años y allí nació su hijo que fue bautizado con el mismo nombre que su padre.
Esta idílica situación se vio truncada con la entrada de las tropas napoleónicas en España.

Al igual que muchos otros, su esposo fue movilizado, y ella sin dudarlo decidió acompañarlo, como era costumbre habitual entre las esposas de los militares, se sabe que participaron en la Batalla del Bruch, los avatares de la guerra y sus circunstancias particulares, sobre todo la obligación de cuidar de su hijo hicieron que se trasladara a Zaragoza donde al parecer vivía una hermana suya.
Las autoridades zaragozanas defensoras de la nueva dinastía impuesta por Napoleón y encabezada por su hermano José I (También conocido por Pepe botella), fueron depuestas, tomando el mando de la capital aragonesa el General Palafox, sumando así a la ciudad de Zaragoza a la rebelión contra las tropas francesas que se extendía por media España.
Las tropas francesas ante la actitud de la ciudad y sus habitantes establecieron un asedio que conllevo consecuencias desastrosas para sus ciudadanos.
Y allí se encontraba Agustina a principios de mayo de 1808, en una Zaragoza asediada por las tropas napoleónicas, aunque la situación se mostraba muy propicia para las tropas francesas, con superioridad numérica y mayor experiencia en el combate, se encontraron con una población dispuesta a luchar hasta sus ultimas consecuencias, fueron muchas las personas, hombres y mujeres, al fin patriotas todos, que no dudaron en colaborar defendiendo la plaza, suministrando municiones o alimentos e incluso luchando contra el enemigo.
Fue en uno de los numerosos ataques franceses contra una de las puertas de la ciudad donde Agustina se vio involucrada de lleno en el combate, una granada francesa exploto en medio de las defensas en las que se encontraba, matando o hiriendo a gran cantidad de patriotas, la posición parecía deshecha, llena de cadáveres y de heridos sangrantes, todos tirados por los suelos, ante esta imagen las tropas francesas lanzan un ataque de infantería que empieza a introducirse por la puerta, Agustina levantándose de entre el montón de cuerpos coge la mecha de un artillero herido y la aplica al cañón más cercano, el estruendo del disparo sorprende a los franceses a los que barre de la puerta de la ciudad, y a los propios españoles que ya daban la posición por perdida, rápidamente se empezaron a disparar otros cañones y el ataque fue repelido.

La leyenda cuenta que, enterado el general Palafox de tal hazaña, mandó llamar a la joven y allí mismo, sobre el campo de batalla, la felicitó y concedió el distintivo de subteniente con el uso de los escudos de distinción con el lema de cada uno de ellos: "Defensora de Zaragoza" y "Recompensa del valor y patriotismo". La realidad es algo más sobria: Palafox efectivamente la admitió en el cuerpo de artilleros, pero como artillero raso, a partir de ese momento se la empezó a conocer como “la artillera” o “Agustina de Aragón”, posteriormente consiguió los ascensos de sargento y subteniente.
Los combates continuaron, Agustina siempre se mantuvo firme y valiente luchando contra el enemigo francés, que al fin logro capturar la ciudad el 21 de febrero de 1809, fue hecha prisionera, al poco consiguió felizmente escapar, pero solo para sufrir el mayor trauma que puede sufrir una mujer, perder a temprana edad a su queridísimo hijo, esta pérdida nunca la pudo superar, pero ella decidió continuar luchando por España, se incorporó al ejército en Teruel y siguió guerreando contra los franceses hasta la victoria final de España.
Una vez terminada la guerra se reencontró con su marido en Zaragoza, luego fueron a Segovia, Barcelona, donde nació su segundo hijo, luego a Valencia y de nuevo a Barcelona, donde falleció su esposo en 1823.
En 1857 el 29 de mayo a la edad de 71 años, murió en Ceuta, donde fue enterrada, en 1870 el gobierno de España, decide exhumar sus restos y trasladarlos a la ciudad que la convirtió en una auténtica heroína, su cuerpo fue depositado con los máximos honores en la Basílica del Pilar.

En 1908 sus restos fueron trasladados hasta la iglesia de Santa María del Portillo, en donde se erigió un mausoleo en honor y recuerdo de todos los hombres y mujeres caídos en ese mismo lugar durante la Guerra de la Independencia, en la que seguramente fue la última vez que nos unimos todos los españoles para recuperar nuestra libertad y la de nuestra nación.

Pascual Sánchez Soler 3º82

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En nuestra historia hay muchos hechos desconocidos para la mayoría de la población, hemos sufrido derrotas, que parece ser, nos han dejado acomplejados, pero hemos olvidado aquellas victorias que dejaron en ridículo a nuestros enemigos de aquellas épocas. España era inmensa, abarcaba territorios en prácticamente todos los continentes, y nuestros enemigos intentaban por todos los medios apropiarse de ellos, por lo que nos hemos enfrentado a ellos a fuego y hierro en multitud de ocasiones, esos hombres que defendieron esos territorios lejanos se merecen no ser olvidados, pues en la mayoría de los casos, en inferioridad de condiciones, supieron mantener esos territorios en poder de nuestra Nación, unas veces a base de valor, otras a base de ingenio, pero la mayoría de ellas a base de esfuerzo, trabajo, valentía e ingenio, y por qué no decirlo “con dos cojones”.
He aquí uno de esos hechos en los que se demostró de que casta estamos hechos los españoles.

Los hechos ocurrieron el 24 de abril del año de 1610 en aguas de Filipinas y una improvisada escuadra española tripulada por hombres decididos y valerosos, y mandada por el Capitán General de las islas, tras un durísimo combate, derrota a una escuadra holandesa de mayor porte y fuerza.
Los holandeses, en diciembre de 1607, enviaron una escuadra de 13 buques fuertemente armados al mando del almirante Pieter W. Verhoeven para hostigar las posesiones portuguesas y españolas en toda la ruta del Cabo de Buena Esperanza hasta las Filipinas. Llegando a las aguas del Pacífico con bastantes bajas y al mando, tras el fallecimiento de Verhoeven en combate, del vicealmirante Wittert en 1609.
A pesar de la larga travesía e innumerables bajas, continuaron con su misión de hostigamiento. Intentaron desembarcar en la isla de Panay pero fueron rechazados con facilidad por los españoles. Posteriormente decidieron atacar Manila, a distancia claro, tras observar que las guarniciones y las defensas del puerto eran más vulnerables así; mejor eso que enfrentarse a los nuestros cara a cara.
Se acercaron con algunas unidades a la costa para tomar el pulso a las baterías de costa y fondearon en la bahía a una distancia prudencial, no fuera que las baterías españolas les dieran un disgusto. Fondearon tranquilamente y trataron de volver a desembarcar, y de nuevo, “zasca”, no había manera de vencer a los nuestros por tierra, en cambio el mar lo tenían ganado ya que tras los combates de los años anteriores no había ninguna flota española en la zona.
En vista de que no conseguían nada decidieron desplazarse un poco más hacia el norte, a la zona de Playa Honda, y desde allí controlar el tráfico comercial marítimo de las Filipinas, recibieron refuerzos de algunos buques más y comenzaron a interceptar todos los buques que circulaban por las desprotegidas aguas del archipiélago, todo un negocio inmensamente lucrativo para los holandeses.
Ante tal situación, el Gobernador de Filipinas, Juan de Silva antiguo oficial de los Tercios de Flandes y Caballero de la Orden de Santiago, solo disponía de unos 1000 hombres, un viejo galeón en desuso listo para el desguace y alguna que otra pequeña embarcación sin artillar.
¿Qué hacer ante esta situación se preguntó el Gobernador? ¿Quedarse de brazos cruzados? Pues no, hizo lo que hacemos la mayoría de los españoles, improvisar una solución.
¿Qué no hay flota para defender las rutas marítimas? Pues se hace. ¿Qué no hay cañones? Pues se hacen.
Y así sin pensarlo más se comenzaron a fundir las campanas de las iglesias, las rejas de las ventanas y todo el metal que se pudo encontrar, hasta los clavos que sobraban de otros barcos, y consiguieron fabricar unos 70 cañones. Además, a pesar de los inconvenientes y de la falta de materiales se consiguieron construir dos galeras y un galeón y reparar y acondicionar el galeón que estaba para el desguace, todo en apenas cuatro meses, y ello con materiales improvisados, había que darse mucha prisa, pues mientras tanto el enemigo continuaba con su lucrativa piratería.
Todo ello en el máximo de los secretos y a 40 leguas de Manila, para que los holandeses no se enteraran de nada.
Por fin el 21 de abril de 1610 se consiguió reunir toda la improvisada flota y partió poniendo rumbo hacia la bahía donde los holandeses estaban fondeados y que utilizaban como base de sus operaciones.
La flota española, la nuestra, la improvisada, estaba compuesta por dos galeones, el San Juan Bautista, en el que se embarcó Juan de Silva, y que haría las funciones de capitana, y el Espíritu Santo, que haría las funciones de almiranta, más las dos galeras, cuatro mercantes que fueron artillados y algún que otro buque de pequeñas dimensiones, esa era la flota que iba a enfrentarse a los holandeses.
Fue al amanecer del día 24 de abril de 1610 que se encontró a parte de la flota holandesa, eran tres grandes buques, dos de mando que estaban fondeados y otro que navegaba muy próximo a ellos, los nuestros sin pensárselo dos veces se lanzaron sobre ellos aprovechando que estaban fondeados y tardarían en reaccionar, solo los tres buques que habían allí disponían de más cañones que toda la flota española.
La sorpresa de los holandeses fue mayúscula al ver aparecer a la flota española, y casi seguro que se echaron a reír cuando vieron la improvisada flota que se acercaba, tal vez estrafalaria seria la palabra más correcta, rápidamente levaron anclas y se lanzaron hacia los nuestros, seguramente pensando que no tendrían muchos cañones y que no todos los buques estaban artillados, y ahí llego la sorpresa definitiva, la potencia de los nuevos cañones recién fabricados de los nuestros destrozo la capitana holandesa matando incluso al confiado vicealmirante holandés, el San Juan Bautista abordo a la Gouden, la capitana holandesa, a la vez que varios pateches la asaltaban apresándola, a su vez el Espíritu Santo tomo la Ámsterdam, la almiranta holandesa, el otro buque consiguió salir de la bahía, y el resto de la flota holandesa estaba de caza intentando conseguir más capturas, regresarían tiempo después pero solo para conseguir el mismo resultado ser apresados.
Fue una gran victoria, se recuperó muchísimo material capturado, varios buques, más de 70 cañones, joyas, munición, metales preciosos, cerca de 100.000 ducados, seda, hierro, pertrechos para los buques, y liberar a los prisioneros que habían sido capturados.
Las bajas fueron de unos 30 marineros y unos 70 infantes españoles. Los holandeses todos muertos heridos o capturados.
Esta victoria impacto sobremanera a los líderes isleños pues los holandeses les habían hecho creer que su flota era invencible, y los nuestros les demostraron que no.
Lo importante de esta victoria es como se consiguió, improvisando, trabajando, esforzándose, luchando todos juntos.
Pienso que estas personas, de las que solo sabemos los nombres de algún oficial se merecen un recuerdo, hoy son seres anónimos, aunque yo prefiero llamarlos “Héroes Olvidados”, si y en mayúsculas, su esfuerzo, su tenacidad, su valentía, merecen no ser olvidadas, seguramente entre ellos habrían apellidos como Rodríguez, García, Pérez, González, Sánchez, Gutiérrez, etc. Pero no lo sabemos, ya que sus nombres quedaron el olvido por lo menos recordemos sus hechos.
¡¡¡Honor y Gloria a los Héroes Olvidados!!!

Pascual Sánchez Soler 3º82

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Mi humilde homenaje a Ignacio Echeverría

 

Tras desaparecer la bruma el joven se sintió perdido y aturdido, no sabía dónde estaba, eso no era Londres.
Empezó a recordar, un hombre atacaba a una mujer con un cuchillo, él sin pensarlo había corrido hacia el agresor y lo había golpeado con su monopatín, enseguida acudieron otros dos individuos con cuchillos y se enzarzaron con él, los golpeo varias veces y luego la oscuridad y la bruma.
Se preguntó:
-¿Estaré muerto? Si, debo estarlo, me habrán acuchillado.
Empezó a oír un tambor que lo termino de sacar del aturdimiento, al mirar vio a un crio de no más de diez años que avanzaba hacia él por el camino, golpeaba rítmicamente un tambor viejo y antiguo, al igual que el crio, como sacados de otra época.
Al llegar a su altura, el crio dejo de tocar, aparto el tambor hacia un lado de su pequeño cuerpo y le hizo una media reverencia a la vez que le decía:
-¡Hola bienvenido! Me han enviado a buscarte.
-¿Quién te ha enviado? ¿Porque? ¿Dónde estoy?
El crio se ríe, y con una sonrisa pícara contesta:
-Me han enviado ellos, quieren conocerte, y estas en un lugar muy especial, sígueme Ignacio.
-¿Cómo sabes mi nombre?
-Aquí lo sabemos todo, pero ellos te lo explicaran mejor que yo.
-¿Adónde vamos?

-Pues a la fonda, ya te he dicho que me han enviado a buscarte.
Y acomodándose el tambor comenzó a caminar y a tocar de nuevo.
Ignacio poniéndose a su altura le pregunta:
-¿Cómo te llamas?
-Alonso Gutiérrez, para serviros a vos a la Patria y al Rey, pero todos me llaman Alonsillo.
-¿Y porque tocas el tambor?
-Pues porque soy tamborilero en el Tercio de Spínola.
Y siguió caminando y tocando rítmicamente.
Al poco, comenzaron a vislumbrar un edificio hacia el que al parecer se dirigían.
Conforme se iban acercando, comenzaron a ver a las personas que habían fuera del edificio, las cuales empezaron a señalarlos y a introducirse en el interior del edificio.
A pocos pasos Alonsillo se detuvo y dejo de tocar el tambor.
Ignacio se quedó mirando el edificio, era antiguo, muy antiguo, pero estaba muy bien conservado, lo habían cuidado con mucho esmero, sobre la entrada, había una vieja y gruesa plancha de madera, grabado a fuego sobre ella estaba escrito “Fonda El Buen Vasallo”.
-Es aquí, entra te están esperando.
Le dijo Alonsillo introduciéndose rápidamente por la puerta.
Ignacio se quedó parado, escuchando el murmullo de voces que salían del interior y observando la puerta por la que se había introducido Alonsillo. No sentía temor, solo curiosidad, decidido entro en el local, inmediatamente cesaron los murmullos, todos se pusieron en pie, mirándolo, solo se oía el silencio, nadie decía nada, todos le sonreían.
Aquello parecía una fiesta de disfraces, había de todo, gentes con simples túnicas, gentes de paisano, otros con cotas de malla, otros de marinos, pero sobre todo predominaban los uniformes militares antiguos.
Ignacio los miraba sin saber qué hacer, sujetaba fuertemente su monopatín con una mano.
Entonces la gente allí reunida empezó a moverse dejando paso a un hombre, o medio hombre, pues llevaba una pata de palo, un parche en un ojo y tenía un brazo inutilizado.
Este se acercó a Ignacio sonriéndole y haciéndole una inclinación de cabeza le dijo:
-¡Bienvenido a la fonda “El Buen Vasallo”! Mi nombre es Blas de Lezo y Olavarrieta, ven acércate, todos quieren conocerte.
Y todos fueron acercándose, le decían su nombre, le hacían una inclinación de cabeza y le daban la bienvenida.
-Soy Don Pelayo, sed bienvenido.
-Mi nombre es Rodrigo Díaz de Vivar, sed bienvenido Ignacio.
-Mi gracia es Gonzalo Fernández de Córdoba, sed bienvenido a estos lares.
-Yo soy Cosme Damián Churruca, sed bienvenido a este nuestro hogar.
-Álvaro de Bazán, para serviros, sed bienvenido.
-Mi nombre es Luis Daoiz, sed bienvenido joven.
-Pedro Velarde, sed bienvenido.
-Mi nombre es Bernardo de Gálvez, curiosa arma usáis joven, pero sois bienvenido, me recordáis otros tiempos.
-Soy Juan Martin Diez, me llamaban “El Empecinado”, sed bienvenido joven.
-Mi nombre es Federico Gravina, es un honor conoceros, sed bienvenido.
-Yo soy Antonio Barceló, sed bienvenido.
-….
Y así cientos, tal vez miles, todos héroes españoles, todos saludando y dando la bienvenida a Ignacio Echeverría.
A Ignacio de vez en cuando se le escapaba alguna lágrima al reconocer a estos personajes, pero no le preocupaba, tenía toda la eternidad para estar con ellos y conocerlos.

Pascual Sánchez Soler 3º82

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Un 12 de Octubre.

Habían madrugado pese a ser un día festivo, tras desayunar en abundancia salieron de casa y se dirigieron hacia el centro de la ciudad.
Eran Francisco y su hijo pequeño Miguel, y ese día, 12 de Octubre, se dirigían a ver el desfile de las Fuerzas Armadas.
Francisco iba ilusionado, Miguel le acompañaba por no hacerle un feo a su padre, este conforme caminaban, empezó a contarle anécdotas de cuando hizo el servicio militar, la mili, decía él. Miguel sonreía ligeramente, nunca había oído a su padre hablar tanto, siempre estaba trabajando y llegaba muy cansado a casa, cenaba viendo las noticias y se acostaba pronto, para poder madrugar al día siguiente.
Miguel, pese a sus nueve años, era un niño muy maduro, algo retraído, pero muy observador.
—Papa, ¿Por qué lleva tanta gente banderas de España?
—Pues porque somos españoles y para honrar a los soldados del desfile —le dijo Francisco sonriéndose.
—¿Me compras una bandera de España?
Francisco sonriéndose y sorprendido mira a su alrededor hasta que localiza un bazar chino en la siguiente esquina.
—Vamos al chino y compramos una para cada uno —le dice a su hijo.
Una vez compradas las banderas se dirigen de nuevo hacia el lugar del desfile, se han colocado ambos las banderas como si fueran capas.
Al llegar se encuentran con que ya hay mucha gente, comienzan a buscar un sitio en primera fila para poder ver mejor el desfile, al final localizan un buen lugar junto a un matrimonio de ancianos, él va en silla de ruedas, y ella se apoya en el respaldo.
—¡Buenos días! —dice Francisco—¿Les importa si nos ponemos junto a Ustedes?
Ambos se giran, les miran y sonríen.
—Buenos días, pueden ponerse ahí tranquilamente, a nosotros no nos molestan.
Miguel se coloca delante de su padre y junto al anciano, cogido a la valla metálica, de reojo observa al anciano, es muy viejo, sus ojos miran al vacío, como si estuvieran perdidos en otro tiempo, la ropa le viene un poco grande, lleva una camisa verde que no llega a abrochar hasta el cuello, sobre ella una chaqueta negra, echada por encima de los hombros, sobre la cabeza un gorrillo con una borla roja, es lo que más le llama la atención.
Girándose ligeramente le hace una señal a su padre, y en un susurro le pregunta.
—Papa ¿ese gorro de que es?
Francisco lo mira y le dice.
—Es un gorro de Legionario.
La anciana que ha escuchado lo que se decían, completa la información.
—Se llama Chapiri y es el gorrillo que usa la Legión Española, es que mi marido sirvió doce años en la Legión.
El anciano, al oír nombrar a la Legión parece que ha vuelto a la realidad, se gira hacia Miguel, le mira a los ojos y le sonríe.
Por la megafonía que se ha instalado para el desfile se anuncia que va a comenzar el mismo, primero los medios aéreos.
Miguel mira hacia el cielo cuando oye los reactores de los aviones que se acercan, es la Patrulla Águila, al pasar sobre la avenida donde se realiza el desfile empiezan a echar humo con los colores de la bandera de España, a Miguel se le encoge el corazón al ver una gigantesca bandera sobre el cielo de su ciudad, una bandera roja y gualda, la misma que el lleva a su espalda como si fuera una capa.
A Francisco también se lo encoge el corazón, se siente emocionado, tiene las manos sobre los hombros de su hijo y los presiona ligeramente por la emoción.
Miguel mira al anciano, este observa el paso de los aviones con una ligera sonrisa en sus labios.
Pasan el resto de los aviones y helicópteros, una demostración a pequeña escala de lo que son los medios de que dispone la aviación, la gente aplaude y ondea sus banderas.
Continua el desfile, la megafonía indica que cuerpo va a pasar a continuación, medios mecanizados, Miguel alucina con los blindados, carros de combate, camiones y demás vehículos del ejército, el solo los había visto en películas, pero de cerca impresionan más, sobre todo los carros de combate que hacen temblar el suelo y todo su cuerpo.
Luego vienen los cuerpos de seguridad, la Policía Nacional y la Guardia Civil, la gente los vitorea y les aplaude mientras ondean sus banderas, la Guardia Civil se lleva la palma en cuanto a vivas que reciben, todos desfilan con orgullo, serios, pero satisfechos y agradecidos por la reacción del público hacia ellos.
Y así, uno tras otro, van desfilando un cuerpo tras otro, al compás de las marchas militares que van tocando las bandas de música de cada cuerpo, recibiendo el homenaje del público, los ingenieros, los artilleros, la infantería, los marineros, los esquiadores de los regimientos de montaña, la comandos de operaciones especiales, la unidad militar de emergencias, los paracaidistas, todos reciben los vivas del público, todos se sienten orgullosos de estar ahí, todos se sienten agradecidos de que el pueblo reconozca su trabajo, esa labor que pasa desapercibida para la mayoría de la gente.
Francisco se siente orgulloso y muy emocionado, miles de recuerdos se agolpan en su mente de cuando hizo su servicio militar, de golpe recuerda caras, nombres, lugares, anécdotas, todo se agolpa en su mente y siente la necesidad de contárselo a alguien, decide que esa tarde se conectara a internet, un compañero de trabajo le ha hablado de una web que se llama “amigosdelamili” en la que igual con un poco de suerte puede localizar a algún antiguo compañero, si lo intentara, así pensando presiona de nuevo los hombros de su hijo y este se gira y le mira sonriéndole, ve en sus ojos el brillo de la emoción, esta exultante, nunca ha visto tan feliz a su hijo.
Megafonía anuncia un hueco en el desfile y el siguiente cuerpo en desfilar, el hueco es porque es la Legión y su paso de desfile es mucho más rápido que el del resto de los cuerpos.
Ya se oyen los tambores y cornetas con un ritmo trepidante, Miguel se asoma por encima de la valla para ver más pero aún no se les ve llegar.
—Por favor joven ¿me ayudaría a poner de pie a mi marido? —le dice la anciana a Francisco.
—Por supuesto Señora —le contesta a la vez que con un gesto le indica a Miguel para que le ayude.
Entre ambos lo ponen de pie, la anciana le quita la chaqueta a su marido, a la vista queda una camisa verde, un pepito y dos medallas cuelgan del bolsillo izquierdo de la camisa, el sonido de los tambores y cornetas aumenta a cada segundo, los vítores y aplausos del público arrecian, conforme se aproximan a donde se encuentran ellos, Miguel se percata de que el escuálido anciano se hincha y crece, ya están casi delante de ellos, el anciano se lleva la mano al botón del chapiri en un perfecto saludo legionario, la Legión está pasando por delante, el anciano ahora es grande, esta henchido de orgullo, Miguel lo mira y ve surgir lágrimas de los ojos del anciano, mirando al anciano apenas ha visto pasar a la Legión, ya han pasado, el anciano se empequeñece de nuevo, sus piernas empiezan a temblar, lo ayudan a sentarse en la silla de ruedas, a la vez que la anciana le vuelve a poner la chaqueta.
—¡Gracias hijos! —Les dice el anciano aun con lágrimas en los ojos— Esa era mi bandera.
—De nada, no hay de que —contesta Francisco.
Megafonía anuncia el paso de los Regulares, pasan con su cadencioso paso y su vistoso uniforme con las capas blancas al viento, es espectacular.
Pero Miguel ya no está viendo el desfile, está observando al anciano con discreción y disimulo, él se ha tenido que limpiar las lágrimas, se ha emocionado con el anciano, el desfile toca a su fin.
Los ancianos les dan las gracias y se van, la anciana empujando la silla de ruedas de su marido, despacio para no golpear a nadie, van poco a poco abriéndose paso entre la gente.
—¿Te ha gustado Miguel? —le pregunta Francisco a su hijo.
—Muchísimo papa, sobre todo los tanques, la Legión y los Regulares.
—Si a todo el mundo les gustan esos cuerpos, son los más llamativos, pero todos y cada uno de los que han desfilado son necesarios, se complementan unos a otros para poder hacer cada uno su trabajo y defender el país —le explica Francisco.
Van caminando en dirección a su casa, entre la gente.
—Papa ¿yo puedo ser soldado?
—Claro que si hijo —le dice Francisco.
—¿Siii? Pero no un soldado cualquiera, quiero ser como ese señor, un legionario —dice señalando hacia la esquina más próxima.
Allí se encuentran los ancianos, detenidos a la sombra, descansando la anciana del esfuerzo de empujar la silla de su marido.
—Eso se lo tendrás que preguntar a él —le dice mientras se acercan a los ancianos.
Miguel se para, piensa en lo que le ha dicho su padre, mira al anciano y se dirige hacia él.
—Señor, ¿puedo hacerle una pregunta?
El anciano se gira hacia él, lo mira y le sonríe.
—Por supuesto hijo, dime.
—Yo ¿puedo ser legionario?—pregunta Miguel mirando al anciano a los ojos.
El anciano mira a Miguel de arriba abajo, y luego clava sus ojos en los de él, ve ilusión y determinación, asiente lentamente con la cabeza.
—Si hijo sí, claro que puedes ser legionario si así lo quieres, en la vida como en la Legión, cada uno ha de ser lo que quiera.
—¿De verdad? ¿Siii? —pregunta Miguel todo ilusionado y con los ojos brillantes y muy abiertos.
El anciano lo mira sonriendo y le dice:
—Claro que si, ahora lo que tienes que hacer es estudiar y prepararte para cuando llegue el momento, si tus padres están de acuerdo claro —dice girando la cabeza hacia Francisco.
—Por supuesto, si es lo que quiere, es lo que será —afirma Francisco.
—Lo será —dice el anciano dirigiéndose a Francisco— su hijo lleva a la Legión en el alma, ya es un poco legionario.
El anciano se gira de nuevo hacia Miguel.
—Gracias hijo, hoy me he llevado dos alegrías, ver a mi bandera desfilando y conocer a un futuro legionario —le dice dirigiendo la mano hacia el chapiri y realizando un perfecto saludo legionario.
Miguel se endereza y lleva su mano a la cabeza intentando imitar el saludo del anciano.
—No hijo, con la cabeza descubierta no se saluda así, espera ponte el chapiri —le dice quitándoselo él y ofreciéndoselo a Miguel.
Este lo coge, no se atreve a ponérselo, mira a su padre, a la anciana y finalmente al anciano que le asienten con la cabeza, y se lo pone.
—Ahora si puedes saludar —le dice el anciano.
Miguel saluda imitando el saludo que le ha hecho antes el anciano, no le sale perfecto, pero tiene madera.
Tras devolver el chapiri al anciano se despiden unos y otros y se dirigen hacia sus respectivos hogares.
Dos meses después un domingo Francisco y Miguel regresan a casa después de haber visitado el Museo del Ejército, la casualidad ha hecho que regresen caminando por el mismo camino que tras el día del desfile, al llegar a una esquina se les acerca una anciana.
—¡Hola buenos días!¿No sé si me recuerdan?
—Hola buenos días —contestan ambos a la vez—, claro que la recordamos ¿Cómo se encuentra su marido?
—Falleció hace un mes.
—¡No me diga! Lo sentimos mucho, le acompañamos en el sentimiento —dice Francisco.
Miguel mira a la anciana con lágrimas en los ojos, aún recuerda al anciano sentado en la silla de ruedas con el que mantuvo la conversación sobre ser legionario.
La anciana lo mira y le acaricia la cabeza.
—Quería hablar con su hijo y darle un regalo de parte de mi marido —dice la anciana dirigiéndose a Francisco— llevo varios días viniendo a ver si los encontraba.
—Por supuesto Señora, claro que puede hablar con él.
La anciana mira a Miguel, y se pone a rebuscar en el bolso que lleva, extrae un paquete y se lo entrega.
—Toma hijo, mi marido me pidió que te lo entregara cuando el muriera, también me dijo que te recordara lo que hablaste con él ¿lo recuerdas?
—Si Señora claro que lo recuerdo, gracias —dice mirando el paquete y sin atreverse a abrirlo.
—Durante su último mes de vida, todos los días me hablaba de ti, desde el día del desfile, siempre me decía “A que ese chico tiene madera de legionario”, “viste como le brillaban los ojos, ese chaval será legionario”, así todos los días, gracias por haberlo hecho feliz.
—Gracias Señora.
—Pero abre el paquete, es para ti —le dice la anciana.
Miguel mira a su padre y este asiente, lentamente abre el paquete y abre los ojos desmesuradamente.
—¡¡¡¡Es el chapiri!!!! —dice lleno de alegría.
A Miguel le saltan las lágrimas de alegría, y con la espontaneidad de los niños, abraza a la anciana.
—Recuerda a mi marido y que un legionario lo es hasta la muerte —le susurra al oído mientras lo abraza.

Fin

Pascual Sánchez Soler 3º/82

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