El Fuerte de Victoria Grande fue construido entre 1735 y 1736 bajo la dirección del ingeniero militar Juan Martín Zermeño, con el objetivo de reforzar la defensa de Melilla frente a posibles ataques, especialmente desde la estratégica Altura del Cubo, desde donde los enemigos podían emplazar artillería contra la ciudad.
Durante el sitio de Melilla de 1774-1775, el fuerte jugó un papel fundamental en la defensa de la ciudad. Desde sus galerías subterráneas se llevaron a cabo maniobras de contraminado para neutralizar los túneles que los sitiadores excavaban con el fin de volar las murallas. En 1778, se acometieron obras de mejora que incluyeron la reforma de los muros, la renovación del cordón, y la reconstrucción de las garitas, banquetas y guardacabezas, lo que consolidó aún más su papel estratégico.
Pertenece al cuarto recinto, el cual constituye la última gran ampliación del sistema defensivo de la ciudadela histórica. A diferencia de los recintos anteriores, proyectados sobre el peñón rocoso y en contacto con el mar, el cuarto recinto se extiende sobre tierra firme, marcando el inicio de la expansión urbana extramuros. Levantados entre los siglos XVIII y XIX, el cuarto recinto responde a una concepción más moderna de la defensa perimetral, en línea con los principios de la fortificación ilustrada y adaptada al avance progresivo de las tropas y artillería del enemigo desde el interior del continente africano.
Comentarios