Paco Cardona habló por última vez con su hijo, el sargento Francisco Cardona Gil, por teléfono instantes antes de que él y sus compañeros de regimiento subieran a bordo de un avión que jamás debería haber despegado. El próximo 26 de mayo se cumplen tres lustros de la peor tragedia sufrida por las Fuerzas Armadas españolas. El siniestro del Yak-42, en Trebisonda (Turquía), se cobró la vida de 62 militares que regresaban de Afganistán y de 13 tripulantes. Pero también destapó una interminable lista de irregularidades jalonada por mentiras institucionales.
El máximo responsable político de esa página negra, el entonces ministro de Defensa, Federico Trillo, sigue a día de hoy ostentando el título de hijo adoptivo de Alcoi (Alicante). Cardona ha participado este fin de semana en una jornada de ponencias organizada por Guanyar Alcoi (la confluencia local de izquierdas) para apoyar que esa distinción sea revocada. “Ni él merece ser hijo adoptivo de Alcoi, ni Alcoi se merece tener un hijo adoptivo como él”, ha dicho el padre del soldado fallecido.
Leer más:
https://politica.elpais.com/politica/2018/03/04/actualidad/1520159285_719448.html
Respuestas
al paredon con los fascistas asesinos
al paredon con todos los asesinos, sin distincion.
Estoy de acuerdo con el padre del bravo soldado fallecido, Trillo demostró con aquel suceso ser un traidor y un cobarde hácia el Ejército y hacia España.
Federico Trillo, la indignidad, la amoralidad y la indecencia, van estrechamente cogidos de la mano.
Eso pasa por dar reconocimientos a políticos sea como este hijo adoptivo, predilecto, nombres de calles y más parafernalias que parece bien cuando mandan pero con los años cambia el signo político de quien ostentan los cargos y ya no parecen bien. Recuerdese aquellos reconocimientos a Franco, militares del bando nacional o políticos de aquella época. Ahora se cambian todos.
Otra cosa son aquellos que se han distinguido en la ciencia o la cultura: literatos, médicos, cientificos, actores, el reconocimiento social a estas personas dificilmente pueden cambiar mande quien mande.
Me parece coherente que una de las personas que más daño han hecho al Ejército disponga de un reconocimiento público. Lo lamentable es que tenga que ser una de sus víctimas quien se lo haga público a quien le dió esa distinción y no salga de esa entidad que por verguenza ya debería haberlo hecho hace años.
Ahora??? tantos años después? bah