La decisión del gobierno de la República el 19 de julio de 1936 de licenciar la tropa y de entregar las armas al pueblo dieron lugar a la organización de batallones y columnas de milicianos organizadas en su mayoría por sindicatos (CNT-UGT) quedando en su dirección líderes sindicales. A pesar del gran número de voluntarios, la falta de conocimientos militares, disciplina y organización dieron lugar a importantes derrotas frente a un ejército sublevado que había mantenido el ejército regular en las zonas inicialmente bajo su mando, la mayoría de oficiales y del Ejército de África, profesional y con experiéncia en combates.
La creación de las brigadas mixtas, la militarización de las milicias y la recluta de soldados por quintas y de reservistas fue la decisión del gobierno de Largo Caballero (que se nombró como mando único del ejército) para poder disponer de un ejercito con capacidad de ganar la guerra. El 28 de septiembre de 1936 se realizó un decreto para el nombramiento de oficiales de milicias a los cuadros profesionales del ejército así como la coexistencias de tres escalas: Profesional, Complemento y Milicias. En octubre la recluta de las quintas de 1932 a 1935 con la que los soldados quedaban incorporados al nuevo ejército popular así como la obligatoriedad del saludo militar antes carente entre las milicias (con puño cerrado). Por presiones políticas y sindicales se legisló la figura del comisariado político.
El Estado Mayor el 18 de octubre dió la orden de creación de las primeras 6 brigadas y de los centros de formación en Alcalá de Henares, Ciudad Real, Albacete, Alcoy, Murcia y Villena. Ante la falta de oficiales profesionales, se recuperaron de la reserva aquellos que se sabía fieles así como se nombraron a dirigentes sindicales con liderazgo "mayores de milicias", algunos formados en el Quinto Regimiento como también pertenecientes a Guardia Civil, de Asalto y de Carabineros.
Las Brigadas Mixtas en teoría habían de disponer de 3000 hombres, 1500 fusiles, 20 fusiles ametralladoras, 12 ametralladoras, 6 cañones de 75 mm y 3 morteros de 60 mm. estando organizadas en: Estado Mayor, 4 batallones de Infantería (cada uno con 4 compañias de fusiles y 1 de ametralladoras, total 600 hombres), Grupo de Artillería, Grupo de Morteros y algunas con Grupo de Caballería. Disponían de Unidad de Zapadores, Transmisiones, Intendencia, Sanidad (al menos camilleros y ambulancia) y Transportes (en lo posible). Las brigadas a medida que evolucionó la guerra pasaban a depender de una u otra División como también salvo las seis primeras el resto no disponián ni de fusiles suficientes para todos los soldados a veces solo para la mitad ni de la artillería prevista lo que obligaba a que buena parte de la tropa se quedará de reserva en segunda linea de frente. También se hizo frecuente el traslado de sus oficiales de unas otras lo que hizo que cada brigada tubiera diferentes comandantes a lo largo de su existencia.
La División estaba compuesta por tres Brigadas y cada tres Divisiones componían un Cuerpo de Ejército, todas ellas con su Estado Mayor lo que permitía según necesidad unificar los grupos de Artillería o de Ingenieros obteniendo buenos resultados. A primeros de noviembre de 1936 las seis primeras brigadas y dos de internacionales ya estaban formadas y partieron al frente de Madrid pudiendo contener al ejercito sublevado, para mayo de 1937 hasta la 153ª. El resto hasta 246 correrían diferente suerte, de la 154 a 204 desaparecieron al caer el Frente Norte, sus supervivientes se integraron en otras brigadas o se organizaron como guerrilleros. De la 166ª a 172ª no se volvieron a crear y la última la 246 se creó en Calella, Barcelona a finales de 1938.
Primeras Brigadas Mixtas:
1ª B.M. Creada en octubre de 1936 en Alcalá de Henares con personal procedente del Quinto Regimiento quedó inicialmente al mando del comandante de milicias Enrique Líster Forján, el comandante Miguel Rodríguez Pavón como jefe de Estado Mayor y Manuel Puente Herrera como comisario político. Formó parte de la 11ª División y de está brigada se crearían las 9ª y 100ª. Inicialmente en la defensa de Madrid intervino en las batallas de Jarama (6-27 de febrero de 1937), Brunete (6-25 de julio de 1937), Ofensiva de Zaragoza (24 de agosto-7 de septiembre de 1937), Teruel (15 de diciembre de 1937-22 de febrero de 1938), Batalla del Ebro (25 de julio-16 de noviembre de 1938) resistiendo en su retirada hasta el 9 de febrero cuyos supervivientes lograron alcanzar la frontera francesa quedando la brigada disuelta.
2ª B.M. Creada en octubre de 1936 en Ciudad Real con personal procedente de milicias extremeñas, de ferroviarios y sodados de Madrid, una vez realizada la instrucción se trasladaron al frente de Madrid integrado en la 10ª División quedando al mando del comandante de milicias Jesús Martínez de Aragón fallecido en los combates de Cerro Garabitas siendo sustituido por el mayor de milicias Juan José Gallego Pérez. La Brigada participó en la batalla de Brunete.
-texto en construcción-
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