La mía y peor, fue el borreguero del tren 18 horas desde Barcelona a Figueirido (Pontevedra) CIR nº 13, una pasada y hasta los huevos del trasto de tren.

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Respuestas

  • Recuerdo que un día estando de cabo de guardia, a media tarde vimos llegar un coche a las puertas del cuartel y como no eran horas "normales" pues me toco salir con otro compañero, los dos con el chopo a ver qué pasaba, se bajó del coche un matrimonio con una niña y nos dijeron de que él había estado haciendo la mili allí años atrás y que estando de paso por la zona, pues quisieron acercarse a ver aquello, nosotros no sabíamos que hacer o decir en aquel caso, así que los acompañamos al cuerpo de guardia y que el sargento se entendiera con ellos, estuvieron un rato hablando en el cuarto del sargento en el cuerpo de guardia y también hubo alguna llamada, el caso es que los autorizaron a visitar el cuartel, pero con nosotros dos que los habíamos recibido de escolta y con el chopo a mano, nos permitieron llevarlos por todo el cuartel y hasta visitar la batería en donde aquel hombre estuvo, excepto entrar en oficiales, les dimos un paseo por todo lo demás y a al terminar nos dieron 500 ptas. a cada uno, nosotros sabíamos que no podíamos aceptar el dinero, pero 500 pelas en la mili son demasiado golosas como para decirles que no. También tengo que decir que estoy hablando de 1981, y de un cuartel pequeño, perdido en el páramo de Valladolid, un lugar en que las normas eran bastante relajadas.

    • Y bo teniás PS, allí eran los que acompañaban a los visitantes

      • En todos los cuarteles a lo largo del tiempo cambian muchas cosas, en el mio y en el periodo que me toco estar alli no habian ni PM ni PS ni leches, todo lo teniamos que hacer nosotros mismos

  • Y yo como mínimo 17 para ir desde Barcelona a Almería (31 años después, no tengo muy claro cuánto tiempo más tardamos).

    Y para los que venían de la província de Girona hay que añadir a esas 17 horas el tiempo que tardaron desde su pueblo hasta la estación de Barcelona Sants.

  • Un fin de semana de arresto en el escuadrón me toco cómo no, llevar al cura a los Montalvos a decir misa el conductor y yo de escolta con la z. El cura se fue a decir misa y el compañero y yo a dar una vuelta mientras pasaba la misa. Habia unos bidones llenos de agua totalmente congelados de la helada de la noche anterior o de varias porque llevabamos algunos dias bajo 0. En resumidas cuentas empezamos a discutir sabre el grosor del hielo sí esta todo el bidon congelado o la mitad la verdad que se le veía bastante grosor al hielo y no se le ocurrio a mi compañero nada más que subirse encima y me dijo esto aguanta digo yo me voy a subir en este otro pues aguanta tambíen y empezamos a saltar y el mio cedio, me hundí hasta por encima de la rodilla casi me mojo los huevos. A esto ya llega la hora de recoger al cura sale de misa nos cuadramos a la orden mí Capitan sin decir nada da una vuelta a mí alrededor y me dice que te a pasado. mí Capitan he tenido un acccidente le cuento lo ocurrido y me dice, sí hubieras estado en misa nada de esto te hubiese pasao, sí mi Capitan a la orden tiritando de frio. El muy cabron me tuvo alli una hora más pille un resfriado de tre pares de cojones........

    • Ahora que cuentas lo del hielo me recuerdas que en mi cuartel habian en el suelo zonas empedradas, asi a simple vista quedan muy bonitas, pero los huecos entre piedra y piedra cuando llovia que llenaban de agua, y si por la noche helaba amanecian todas congeladas, a la que te descuidabas te pegabas cada resbalon de partirte la crisma, sobre todo cuando te hacian salir a la puta carrera, cuando yo llegue en junio, pues me gustaron aquellas disposiciones de las piedras en el suelo, y un veterano me dijo, ya veras en invierno lo que te vas a reir como no lleves cuidado

  • Cierto día recién llegados los pelusos que hicieron a mi reemplazo pasar a bisagras, me dicen los colegas que se los formara delante de las camas que iban a pasarles revista, la historia era que un cabo se metía en el carro de la lavandería y otros dos le empujaban, los pelusos formados y firmes y el que iba dentro del carro pasaba saludando.
    Los mando a formar delante de las camas y algunos a regañadientes oliéndose lo que venia decían, joer no por favor, en eso a mi me cambio el chip y decidí formarlos pero poniéndoles la almohada oculta detrás de la espalda, aquellos tardaron poco en darse cuenta del cambio de la situación y algunos con una sonrisa de oreja a oreja toman su almohada y voluntariamente forman delante de las camas, estando todos formados salgo y doy la voz de atención, Bateriaaaa, el Capitán, firmesssss, y allá que entra el cabo dentro del carro empujado por los otros dos y saludando, cuando estaba en medio del pasillo, los otros sacaron las almohadas y se monto la de dios, los que empujaban del carro salieron por patas, el que iba dentro solo pudo agacharse dentro y ponerse las manos en la cabeza, le llovieron golpes de almohada por todas partes, los demás estábamos descojonados, los pelusos se estaban vengando, algunos los cabrones daban fuerte, el que hacía de capitán no sabia como salir de aquello, la tropa se ha sublevado, decía a gritos, fue una de las noches más divertidas que pasamos, sobre todo los pelusos

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  • Recuerdo que siendo ya algo veterano pues a la vuelta de un fin de semana metí en el petate una radio cassete para llevármela al cuartel, una mañana me fui con el turuta que iba a practicar los toques y me puse a grabarlos, los grabamos todos, yo quería quedarme la cinta para el recuerdo, pero el turuta se licencio al poco y no había sustituto, alguien se acordó de aquella cinta y se lo dijo al sargento, tardaron poco en pedírmela para poner los toques por megafonía, y así estuvimos una buena temporada, sin turuta en el cuartel pero con los toques grabados sonando a sus horas por megafonía, los colegas que sabían que la cinta era mía de decían que vaya ocurrencia haber grabado aquello, al final me licencie y la cinta se la quedaron y el loro también se quedo en el cuartel, lo heredaron los de cocina, siempre lo tenían ellos, gracias a eso solo tenia que acercarme a la cocina que tenía los bocadillos que quisiera, muy buena idea tuve al llevarme el aparato a la mili

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