-Texto en construcción-
El 17 de julio de 1936 la III División Orgánica (Castellón, Valencia, Alicante, Murcia y Albacete) estaba al mando del general Fernando Martínez-Monje Restoy se manifestó fiel a la República y ordenó el acuartelamiento de todas las guarniciones con orden de impedir que los milicianos asaltaran los cuarteles. La mediación de Martinez Barrio presidente de las Cortes el 20, conseguirá apaciguar la situación y el 16 de agosto sería relevado por el general José Miaja Menant. Martinez-Monje a finales de 1936 fue enviado a Úbeda como jefe del Ejército Sur.
El general José Miaja Menant estaba en Madrid al mando de la 1.ª Brigada de Infantería, su posición fue ambigua en cuanto a la sublevación, se dirigió a Córdoba con 5.000 hombres siendo derrotados por la lentitud en tomar decisiones lo que incrementó las sospechas de lealtad que caían sobre el, se le encomendó el temporalmente el mando de la III División hasta octubre en que regresó a Madrid donde dirigió la defensa de la ciudad.
La proclamación de la República el 14 de abril de 1931 llenó de ilusión a la sociedad que deseaba cambios sociales no encontrando ninguna oposición en el ejército salvo la Sanjurjada de agosto de 1932 en Madrid y Sevilla que fue fácilmente resuelta. Sin embargo los hechos de la Revolución de 1934 si supuso la radicalización de la sociedad que junto a la amnistía el 25 de abril de 1934 a los conspiradores de 1932 les permitió reorganizarse e incrementar su número. La victoria electoral del Frente
Popular, el 16 de febrero de 1936 por muy escaso número de votos pero que por la ley electoral vigente favorecía al más votado fue el inicio de la conspiración que finalmente llevaría a la guerra civil.
Entre los conspiradores se encontraban distintas tendencias ideológicas, la CEDA con su líder Gil Robles, exministro de la Guerra, generales africanistas como Franco, Goded, Mola, Orgaz, Villegas, Varela y Fanjul, la Falange de tendencia fascista, la clandestina UME que aglutinava a jefes y oficiales de derechas y de la que Sanjurjo era líder, requetés carlistas, burgueses, aristrócratas y monárquicos que veían peligrar sus propiedades como también del banquero Joan March dispuesto a aportar económicamente.
La tensión social se incrementó con huelgas y manifestaciones sobre todo dirigidas por la CNT que reclamaban la aplicación de las reformas con fuertes represiones por parte la Guardia Civil y la Guardia de Asalto, los casos de enfrentamientos entre grupos políticos con resultado en la primavera de 1936 de 351 muertes de ellos 59 falangistas, 42 de PSOE-UGT. 20 de PCE, etc.
La sublevación se dió con éxito por parte del Ejército de África con 45.000 hombres y Canarias, el 17 de julio con muy escasos oficiales que intentaron mantenerse fieles al gobierno el cual se creyó confiado no podrían cruzar a la península, un error, buques italianos los cruzaron a la vez que el general Queipo de LLano conseguía la sublevación en Cádiz, Sevilla, Córdova y Huelva. El desconcierto del gobierno y entre militares facilitó que los sublevados más energicos y decididos se hicieran con el apoyo de más guarniciones, el 19 el general Mola se hace con Navarra, el general Cabanellas con Aragón y el resto diseminado en provincias ya que los generales de división se mantuvieron leales.
Continuará!
Texto en construcción
Comentarios